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Atom 1. — Sleeping At Last.

El viento golpeaba sus cabellos con dureza, pero podían escuchar levemente el sonido de los árboles y como este tenía el potencial de convertirse en una hermosa melodía musical. Por unos segundos cerró los ojos y quiso estar callada, los escalofríos de la tarde no dudaron en aparecer casi al instante. Su expresión esa tarde no era como la de los otros días, cualquiera sería capaz de darse cuenta del rostro sombrío de Blair, pero jamás nadie sería capaz de entender la soledad que la chica guardaba en su corazón. Sus pies se movían en la tierra del parque, por supuesto llevaba zapatos pero se imaginaba que no. No fue hasta que una voz se escuchó detrás de ella.

—Blair.—Finney estaba enfrente de ella, tratando de llamar su atención.—Blair.

Se habían reunido en un parque que quedaba cerca de sus casas. Querían hablar, para este punto ya se consideraban cercanos. Pero querían de hablar de cualquier cosa fuera de la novela y todo lo académico, todos necesitaban un respiro aveces y ellos también. Caminaron juntos y ella lo invitó a sentarse a su lado.

—¿Qué sucede?

—¿Cómo es posible que casi no se nada sobre tí?

—Sabes lo suficiente.

—No.

—Sí.

—No.

—Sí.

—No.—Respondió rodando los ojos.—Y créeme, puedo continuar con esto toda la noche.

Ella soltó una pequeña risa y palmeo la banca a su lado, incitando a Finney a sentarse junto a ella, a lo cual el chico aceptó, sonrió, y lo hizo. El cielo en ese momento tenía un tono anaranjado y amarillento, y los árboles se movían fuertemente por la brisa que hacia. Ella no tenía muchas ganas de hablar ese día, pero lo hizo por él.

—Eres insoportable ¿Lo sabías?—Mientras decía eso, una pequeña sonrisa creció en sus labios.—¿Te lo han dicho?

—Un poco, Gwen me lo dice todo el tiempo.— Ladeó la cabeza.—Pero no cambies el tema.

—Bien.—Se acomodó en su lugar, un poco seria.—Solo puedes hacer cinco preguntas sobre mí.

—¡Gracias!—Emocionado, relamió sus labios y preguntó:—¿Cuál es tu color favorito?

—El amarillo.

— ¿Tu pasión?

—Escribir y criticarte, más que todo criticarte.

—Eres cruel.—Llevó su mano a su pecho, fingiendo estar dolido y ofendido a la vez.— ¿Te ha gustado alguien?

—Sí.

Finney la miró sorprendido. Realmente esperaba una negación y no sabia porqué.  Al instante, la curiosidad que sentía salió a relucir, porque no fue muy discreto, sinceramente.

— ¿Quién?

Ella negó varias veces con la cabeza.

—No te lo diré, pero no te preocupes, no es Donna.

—¡Eres cruel!—Repitió nuevamente, sonrojado.—¡Muy cruel!

—Se cuidadoso con tú siguiente pregunta, porque es la última.

—¿Cuál es tu canción favorita?—Dice luego de unos segundos.

Ella no respondió al instante. Se tomó su tiempo aunque supo la respuesta al instante, pero no quería profundizar demasiado aquello. Sintió una punzada en su corazón mientras volteaba a ver el suelo, no queriendo contestar.

The Last Letter. || Finney Blake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora