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Turning Page—Sleeping At Last.

Esa misma noche, 10 de Septiembre de 1978.

9:34 P.M.

Malcolm veía la televisión, mientras la tía Sophie veía por la ventana. Las gotas apenas estaban empezando a caer, caían suavemente y se deslizaban por el vidrio de su ventana. Habian pasado dos minutos desde que se percató de que Blair no estaba en casa. No sabían en qué momento había salido, pues no la habían escuchado. La tienda no quedaba demasiado lejos, calculaba que la niña había salido hacia menos de veinte minutos.

Seguramente, pensó, Blair se habría quedado charlando con algún conocido, aveces lo hacía y eso ponía de los nervios a su tía, que le había advertido varias veces que no hiciera aquello porque su preocupación pasaba a ser de otro nivel. Estaba demasiado nerviosa por lo que había estado sucediendo con el raptor, y más ahora que un amigo de Blair había desaparecido, Robin Arellano, el cual se había esfumado cerca de donde ellos vivían, aquello le atormentaba, saber que había sido tan cerca.

10:06 P.M

Afuera, la lluvia se hizo un poco más fuerte, pero no demasiado como para llamarlo una tormenta. Blair todavía no llegaba y Sophie no sabia porqué, en ese momento algo no parecía ir bien para ella. No sabía si llamarlo paranoia o una corazonada, así que por eso no dijo nada al respecto. En el fondo, su estomago le daba una sensación rara, como si tuviese ganas de vomitar y fríos sin razón.

Por más que Blair fuera demasiado habladora, ella sabía perfectamente que aquellas no eran horas de llegar a la casa. Siempre había sido muy responsable, por eso nunca llegaba después de las nueve.  Era una niña que sabía sus límites y nunca los pasaba, por eso era extraño y sospechoso que llegara tan tarde. Era más esperable de su hermano mayor Malcolm, que se había escapado de casa unas 15 veces en el pasado.

10:24 P.M

La niña todavía no regresaba, y la mujer comenzó a ponerse aún más nerviosa y paranoica. Se levanto de la silla donde esperaba a Blair y se dirigió a la sala, ahí se encontraba Malcolm, quien veía la televisión tranquilamente, sin percatarse de nada a su alrededor. Sus pies estaban cruzados y estaba muy concentrado.

—Malcolm.

—¿Sí?

—¿Blair te dijo si iría a algún lugar?—El chico la miró mientras estaba sentado.—Porque no ha regresado.

Malcolm frunció el ceño.

—¿Blair no ha llegado?—Se levantó del sillón, extrañado y rascando su nuca.—No me dijo nada. La escuché decir algo sobre la leche.—El chico levanto su brazo para ver el reloj, y su alma casi se salió de su cuerpo al ver la hora.— ¡Ya es demasiado tarde, eso fue hace más de una hora!

Y eso fue suficiente.

La mujer se dio la vuelta, tomó las llaves de su casa, agarro su paraguas y estaba dispuesta a salir de la casa a buscarla.  Algo no estaba bien y lo sabía, en ese momento, sabía que su sobrina jamás tardaría más de una hora comprando una simple leche y menos en la noche con un secuestrador suelto por las calles.

—¡Tía! ¡Espérame, yo voy contigo!—Corrió rápidamente, tomando su abrigo y casi cayéndose al suelo.—¡Espera!

Los dos salieron lo más rápido que pudieron, refugiándose bajo el paraguas. Habían pequeños charcos de agua en la calle, los árboles se movían con avidez, fueron directamente a la tienda a la que Blair siempre iba a comprar sus cosas, pero no encontraron nada. Fueron cerca de la escuela, tampoco había nadie allí. Fueron a la casa de Fabiana y Luna, no estaba allí. Llamaron a la casa de Finn, y su padre contestó diciendo que ni siquiera conocía a la niña. Finney estaba dormido en ese momento. Fueron al parque, y no encontraron nada ahí tampoco. Pero, se detuvieron en seco cuando el gorro de Blair apareció tirado en medio del suelo, cerca de una de las bancas, alrededor de unos globos negros rotos.

The Last Letter. || Finney Blake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora