Prólogo

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La vida de Noah apesta. El camino de regreso a su casa nunca había sido más deprimente.

Su mochila emanaba un hedor terrible debido a la basura que le habían arrojado encima, de su cabello escurría un líquido amarillento que ni siquiera quería adivinar que era.

Al llegar a la esquina de la calle se detuvo un momento recargandose en una ventana, al verse reflejado en el cristal definitivamente quiso desaparecer.

Se veía horrible. Basura por todos lados, una cáscara de banana descansaba sobre su hombro, su rostro con acné estaba manchado de algo rojo que suponía era salsa de tomate.

Dio un respiro muy hondo tratando de controlar sus pulmones, definitivamente su sobrepeso no le estaba haciendo bien.

Todo en Noah gritaba "golpéame" según sus padres y el chico había comenzado a creerlo. Recargó su cabeza en la ventana tratando de guardar las lágrimas que amenazaban con salir, en ese momento recordó algo.

De inmediato se quitó su mochila y la abrió buscando algo, al encontrarlo se llevó la mano hacia su frente golpeándose.

Un libro yacía con las hojas desprendidas al fondo del bolso, con cuidado lo sacó y vio que también tenía anotados muchos insultos.

Noah estaba harto, todos en su escuela lo molestaban y nadie hacia algo al respecto, ni siquiera él. Sus padres no lo apoyaban y no tenía más familia a la que acudir, estaba solo.

Se maldijo internamente, si no hubiera decidido leer nuevamente la saga no tendría que haber llevado su libro a la escuela, se odiaba, quería morir.

Tal vez los demás lo veían como un simple objeto, un conjunto de palabras sin sentido pero para él era algo más, era su escape.

Su esperanza de una vida mejor.

Llevó el libro a su pecho y comenzó a caminar nuevamente aunque esta vez su visión estaba nublada debido al llanto.

Noah no estaba prestando atención.

Piso el asfalto sin cuidado, sus ojos estaban cerrados, una mujer alcanzó a gritar pero fue demasiado tarde, un coche iba pasando a toda velocidad, cuando Noah escuchó la bocina miró finalmente.

Las luces del vehículo lo cegaron, el golpe fue contundente, la muerte fue instantánea.

El cuerpo de Noah quedó tendido en el suelo de una manera escalofriante, sus extremidades estaban giradas en posiciones imposibles, su mano sin vida aún apretaba su objeto más preciado, un libro con una portada maltratada en la que aún se podía alcanzar a leer el título. 

La batalla del laberinto.

SECOND CHANCE // NICO DI ANGELO Y PERCY JACKSON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora