Capítulo 7: El Mago

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"Si utilizas al enemigo para derrocar al enemigo serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas"

 Sun Tzu "El arte de la guerra"

Lograr ubicar a Lanzani no había sido nada fácil. Así cómo la pista que nos había llevado a Brasil había otras que nos guiaban a todas partes dentro de todo pangea. Nos tomó días evaluar dónde ir, hasta que recordé algo del pasado.

Mi pasado era como una mancha borrosa, un lago en el que nunca podías ver tu reflejo completamente, porque siempre estaba en movimiento. Sin embargo, si recordaba algunas cosas de Liam Lanzani, como el odio por su padre y el amor incondicional por su madre.

Katarina Blanc, una mujer preciosa con ojos verdes, quien siempre paraba enferma, pero que el pequeño Liam amaba con devoción hasta el día de su muerte. Fue por esa razón que cuando le pedí a Morales buscará a Liam con el apellido Blanc, dimos con su paradero.

Encontrarlo en Francia, donde todo inicio, fue una puñalada para mi corazón. Volver al hogar en el que había compartido tanto con mi familia, me dolía. Aunque sabía muy bien que ellos no estaban ahí, ya no más.

Le había pedido a Morales que los buscara varias veces y el resultado siempre era el mismo, ellos, todos, habían desaparecido de la faz de la tierra. Rafael había hecho bien su trabajo y ahora eran inubicables, hasta para mí. Era lo mejor, lo sabía, pero mi corazón igual lloraba por ello, porque eso solo significaba que, al terminar la misión, ya no tendría un camino a casa. Ya no más.

Había quemado el puente para volver, y eso me destrozaba. Fue por eso que le había dado el control completo a mi lado de lobiza. A la mujer que dejaba sus sentimientos de lado y solo hacía lo que se requería. Porque solo ella podría cumplir la misión.

Izabela Vahamonte, es quién baja de la avioneta para entrar a Strasbourg, Francia, una preciosa ciudad que no tiene gente repartiendo cafés con droga por las calles, ni policías que te piden pasaporte cada cinco minutos, no, Francia ahora era un país libre del control de lobos, o al menos a simple vista.

Al llegar nos habíamos instalado en 3 habitaciones de un hotel cerca de la plaza. Las chicas tenían su cuarto y los chicos lo mismo. Y ahora yo compartía habitación con Joaquín, era más práctico para discutir sobre la misión y otras cosas.

— No puedo creer que pagué 6 euros por un maldito café — dice Joaquín captando mi atención.

Levanto la mirada para verlo. Está sentado en un escritorio, con solo bóxer puesto. Tiene en su mano derecha un folder y en la izquierda el café del que tanto se queja.

— Al menos sabes que no tiene droga — pongo los ojos en blanco a la defensiva. No es nada bueno para él insultar el café francés delante de una francesa.

Empieza a murmurar más cosas que dejo de escuchar. Vuelvo la vista a los papeles que tengo en la mano. Estoy echada en la cama, con ropa interior y solo una sábana cubriendo mi torso.

La doctora Sousa y Ryder habían trabajado rápido y ahora tengo en mis manos, los compuestos de la cura, o lo que se supone debe tener para que sea pura. Algo que los gobiernos no han respetado y es por ello que hay tanta corrupción y farsa alrededor de ella.

— Creo que Morales y Alzamendi deberían revisar que gobiernos son los que están creando estas curas fraudulentas, para saber dónde atacar — digo bajando las hojas

— Es buena idea — intenta decir Joaquín, quien está comiéndose su tercer croissants — Luego que encuentren primero al lobizón ese, les diré se pongan en ello

— Sí, ya llevan en eso 4 horas — me levanto y camino por los croissant, ignorando las quejas de Joaquín — si sigues comiendo así vas a estar lento para la pelea

LobizonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora