Capítulo 9: La iniciación

23 6 23
                                    

"Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años solo arrugan la piel, pero el miedo nos arruga el alma"

Facundo Cabral

Mis ancestros relatan la historia de los lobizon diferente, pero yo quiero imaginármela así. Tal cual me la contaron mis padres.

En tiempos muy antiguos, cuando los lobos ya caminaban por la tierra, existió también otra raza, las hechiceras, jóvenes mujeres con poderes increíbles como controlar la mente y la naturaleza. Eran temidas por todos los pueblos, casi tanto como los lobos.

El alfa de los lobos no aceptaba que hubiese otros gobernantes para su tierra, y mandó a matar a todas las hechiceras. Ordenó quemarlas, por brujería. Sus mejores guerreros lo lograron en su mayor parte. Salvo por una pequeña aldea que se decía tenía a la más fuerte de todas.

Los lobos furiosos escogieron a los más fuertes para enfrentar a esa hechicera, entre ellos al hijo del Alfa. Nicolas Arenberg, quién sería alfa, luego de su padre. El éxito de esta misión les otorgaría el lugar a los lobos de los más temidos, y los convertirías en gobernantes de todas las tierras.

Así fue como Nicolas emprendió su misión al norte de Francia, en busca de lo que sería la peor masacre de todas, porque al llegar las hechiceras y los lobos se enfrentaron a muerte. Durante días pelearon, y cuando solo quedó el joven lobo Nicolas, su oponente no era una bruja o una mujer vieja cómo su padre le había hablado, no, frente a él estaba la mujer más bella que jamás piso la faz de la tierra, Jane.

Jane Lefebvre, una mujer pálida y preciosa, la última hechicera con vida, estaba ante el joven lobo. Ambos se miraron por largos minutos. Eran enemigos a muerte. Sus familias se habían matado y jurado destruirse, pero en las miradas de Nicolas y Jane, no había odio.

Ella no lo mató, bajo sus manos, y él hizo lo mismo. Fue amor a primera vista, según relatarían sus ancestros en el futuro. No se mataron ese día, ni lo harían nunca. Porque el joven lobo Nicolas no volvió con su familia, él renunció a ser el alfa, y la bella Jane dejó de practicar la hechicería por amor a él.

Ambos huyeron por años, hasta que un día el rey de los lobos, el alfa, se enteró que su hijo seguía vivo y que había cometido traición. Ese día empezaría la ruina para ambos. Vivir huyendo se convirtió en algo imposible para los jóvenes enamorados.

No tardaron muchos en encontrarlos.

Cuenta la leyenda que fue una mujer, la ex prometida de Nicolas, la que lo mató, con un cuchillo que iba dirigido a Jane. El amor y el sacrificio de Nicolas fue lo que creo una fuerza descomunal que irradio todo el bosque, dejando a la mujer muerta, con ese poder. Otros dicen que fue Jane, quien al ver el cadáver del hombre que amaba a sus pies, logró vencer a todos los lobos que ahí estaban.

La leyenda que mis padres me contaron habla de ambas versiones, donde el poder y el amor de Jane y Nicolas explotó en ese bosque, llenando de poder al bebe que ella esperaba en su vientre. Un bebe que nació a los días y que mató a su madre. Uno que fue encontrado por unos aldeanos y nombrado cómo Lorenzo Roizo, el primer lobizón.

— Yo prefiero la versión donde Jane con sus poderes fue quién mató a todos y que de ella heredamos nuestros poderes — me interrumpe Liam. Lo fulmino con la mirada, porque sé que ha estado hurgando en mi mente — Bien, solo decía.

Suspiro desviando mi mirada de él. Veo como Ryder nos observa desde el espejo retrovisor de la camioneta. Él es quién maneja. No es un hombre que hable mucho, y aprecio eso. Ya es suficiente tener un invitado no deseado en mi cabeza.

— Podría enseñarte a poner un muro en tu cabeza, dónde nadie pueda estar más que tú, pero eres demasiado obstinada.

— ¿Podrías hacer eso? — dudo volviendo a mirar a Liam — ¿O estás intentando molestarme aún más?

LobizonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora