Capitulo 30. (HOT)

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Mete 2 dedos dentro de mí y sofoco un grito. Me vuelvo a retorcer e intento contener mis gemidos mordiéndome el labio. 

—Gime mi amor –mete un tercer dedo –dime cuanto te gusta. 

—Ah... es delicioso –gimo inconscientemente. 

De pronto deja de penetrarme con sus dedos. Quiero tocarlo, quiero besarlo y abrazar su cuello mientras lo hago. 

—¿Qué? No, sigue por favor –ruego. 

—Tranquila tn_____ –me estremezco cuando dice mi nombre con ese tono de voz –aun no eh siquiera empezado contigo.

—Oh.

Me besa los labios, vuelve a frotarme mi feminidad. Sus besos bajan a mi cuello, luego a mis pechos y va descendiendo. Se detiene en mi abdomen y da unas ligeras mordidas que me hacen gemir aún más. 

Deja de frotarme y me besa en esa área. Aspira y suspira, se siente tan bien su respiración. Luego mete su lengua en mi feminidad y doy un grito. Que bien se siente.

—Ah –gimo –más, mucho más.

Él obedece y lo hace más rápido. Vuelvo a pedir por más y esta vez mete sus dedos también. Dos de sus largos y agiles dedos me penetran junto con su lengua. Me jalo de la corbata y me lastimo. Cuando me doy cuenta, la eh jalado tanto que me lastima. 5 minutos después deja de penetrarme con su lengua y sus dedos para quitarme la corbata.

—Gracias –digo y opto por acariciar su miembro. Al hacerlo el suelta un suspiro y luego agarra mis dos manos.

—No quiero que hagas nada –me besa –tú debes gozar. 

—A la orden jefe. 

Me sonríe y se quita el bóxer. Me asusto al ver su miembro, es enorme. Me va a doler eso es seguro.

—Si te duele o te lastimo, dímelo –dice con voz autoritaria.

—Si, solo hazlo –pido. 

Se coloca frente a mí y posiciona su miembro en la entrada de mi feminidad. Lo va metiendo lentamente y me duele, me duele mucho. Pero lo quiero a él y si digo algo va a dejar de hacerlo. Siento que algo va a romperse dentro de mí y sigue empujando hasta que se rompe. Grito de dolor y derramo unas cuantas lágrimas.

—Joder. Mi amor –sale de mí y me besa –lo siento, lo siento. 

—No es nada –intento respirar –no es nada, continua.

—¿Estás loca? No, no voy a lastimarte –me dice succionando mis lágrimas. 

—Por favor, se sentía muy bien –mentí.

—No, te estaba doliendo.

—Solo un poco, pero me ha gustado –digo abrazándolo y levantando mis caderas para que su miembro choque con mi feminidad.

—Si te lastimo por favor dímelo. No voy a detenerme, solo haré que deje de dolerte ¿sí? –asentí con la cabeza. 

Volvió a meter su miembro con lentitud, ya no me dolía tanto. Entro hasta que no hubo más centímetros y se retiró con exquisita lentitud. Volvió a entrar y salir. Cada vez más rápido. Me colgué de su espalda mientras gozaba de esta sensación.

A los pocos minutos dejo de dolerme y comencé a disfrutar, comencé a pedir por más y más. Entraba y salía y cada vez sentía más placer. Nuestras caderas sonaban por el choque que daban y ambos gemíamos. Nuestras respiraciones chocaban y nos besábamos con pasión. Toque su trasero y vaya que estaba bien formado. Le daba besos en su nariz, mejillas y boca. Jalaba su cabello de la excitación y él besaba mi cuello con delicadeza.

—Oh por Dios. Más, mucho más –pedía a gritos.

—¿Te gusta mi amor? –besaba mis labios.

—Más de lo que te imaginas –dije entre gemidos. –Ah... ah... ah... Bruno –su nombre salió de mis labios como una reacción –joder dame más.

—Eres... una... Diosa.

—Te... amo –rasguñe su espalda.

Sentí que mis piernas se entumían y una nueva sensación me llenaba desde el vientre. Bruno lo hacía más fuerte y rápido. El placer era indescriptible. Sentí una liberación de todo mi cuerpo. De pronto se me olvido hasta mi nombre. Él seguía penetrándome y yo seguía pidiendo. Jamás olvidaría que fue con Bruno con quien tuve mi primera vez. 

—Tn_____ –me dijo y sentí que mi vientre se llenaba. Por las pláticas que había tenido con mis amigas creo que... se había corrido en mí –joder eres perfecta. Te amo.

—Yo te amo más –poco a poco me iba venciendo el sueño.

—No aun no preciosa, no te duermas –beso mis labios –quiero que me digas que sentiste –salió de mí y di un gemido. 

—Aaah –gemí cuando salió por completo –es la mejor noche de mi existencia Bruno. 

—Duerme ahora –beso mis labios y agarre su cuello. Poco después me quede dormida.

La mejor noche de mis 17 años la había pasado nada más y nada menos que con mi tío. Bruno Mars .

Enamorada de mi tioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora