Estamos en la habitación del hotel donde se hospeda Bruno, acabamos de bañarnos juntos y tardamos más de lo esperado porque hicimos travesuras primero 'vaya que travesuras' sonrío al recordar.
Salgo del baño dejando a Bruno terminando se secarse y me pongo la ropa interior que mi futuro esposo ha comprado para mí. Una tanga de encaje muy atractiva lila y su brasear del mismo color y textura. Encima me pongo el vestido negro ajustado que Bruno también compró para mí. Me dirijo a la secadora y seco mi cabello lentamente y sin prisa. Dejándolo aún sin cepillar, brilloso y sedoso.
— Estás preciosa –me dice mi prometido besando mi cuello.
— Vamos, que llegaremos tarde a la cena que tenemos con tus futuros suegros –me volteo y beso sus labios.
— Quiero hacer más juegos pervertidos –me sonríe.
— Tendremos mucho tiempo para eso, vamos apúrate.
— ¿Me lo prometes?
— Claro que sí –le devuelvo la sonrisa –ahora apúrate.
— Futura Sra. Mars, es usted una mujer muy hermosa. Me es imposible apartar la vista de usted aun por un momento para vestirme.
— No me molesta que estés en ropa interior, pero a mis padres sí.
— Vísteme –pide. 'Vamos tn_______ lo has desvestido 3 veces, vestirlo no debe ser tan difícil'.
— Um, dame tu ropa.
Me toma de la cintura y me jala tras él para darme su smoking que está sobre la cama desarreglada en la que empezamos a desnudarnos hace unas horas. 'Oh, se verá tan guapo'.
Se sienta en la cama, esperando órdenes mías. '¿Voy a ordenarle?'.
— Levántate –ordeno.
Agarro su camisa y estiro sus brazos, se la coloco y se la voy subiendo despacio. Sintiendo sus músculos y poniéndola derecha. Empiezo a abrochar los botones, concentrada hasta el máximo y siento su mirada clavada en mí. Sonrío para mí misma y me atrevo a subir la mirada. Sus ojos arden. 'Dios, terminamos de hacerlo y aun quieres más'.
— Sin juegos ahora –advierto. Regreso a mi trabajo con los botones y solo me quedan tres por abrochar. Toma mis manos y limpio mi garganta, provocando un sonido amenazante y me libera. Termino de abrochar sus botones y también sus gemelos.
Siguen sus pantalones negros con solapas redondas de gran abertura, en seda. Los tomo y me agacho, provocando un sonido chirriante en mi vestido. El cuero definitivamente no es mi estilo.
— Levanta un pie –obedece.
Le coloco el pantalón y luego por lógica levanta el otro pie. Los tacones me molestan un poco para subir, pero lo logro. Con sus pantalones aun en mis manos, los subo a mi altura y resta abrochar el botón. Miro directamente a sus ojos y torpemente intento abrocharle el botón. Se ríe de mí cuando mis dedos lo sueltan consecutivamente y refunfuño.
— No –gruño cuando intenta ayudarme –yo puedo.
Asiente con la cabeza y me deja terminar. Cuando lo logro no he fajado su camisa, maldigo en mi mente y vuelvo a desabrocharle el botón, provocándole una ligera risa. Me veo obligada a meter las manos dentro de su pantalón para poder fajarle la camisa. Termino con la circunferencia de su cadera y vuelvo a abrochar el botón, está vez con singular agilidad.
— Aprendes rápido cariño –besa mi frente y el calor sube a mis mejillas. ¿Siempre tendrá ese efecto en mí?
— Es mi trabajo –digo tímida y agarro su pajarita.
La coloco alrededor de su cuello y le hago el moño. Se ve tan atractivo. Agarro su chaqueta y se la pongo al igual que la camisa. Esta asquerosamente sexy y es todo mío.
— ¿Por qué eres tan guapo? –digo involuntariamente. Oh Dios.
— Por la misma razón que tú eres tan hermosa –somos parientes... 'olvida eso tn______, eso se volverá mentira algún día'.
— Porque nacimos para estar juntos –finaliza. De no ser porque no quiero dejar de verlo, moriría cada que me dijera ese tipo de cosas lindas.
— Ponte los zapatos y vamos –le sonrío.
Él obedece mientras que yo agarro mi cepillo y me cepillo el cabello. Bruno termina de sus zapatos y me quita el cepillo. ¿Uh?
— Déjame peinarte.
— Solo cepilla –le sonrío, me volteo y él divide mi cabello en 4. Toma la primera parte y desliza su mano en forma vertical y vuelve a subir.
Termina en cuestión de minutos y hace una trenza con mi cabello.
— A veces te peinaba de pequeña –dice en modo de explicación sin mirarme o detener su acción de hacer una trenza.
— Oh.
— Me gustaba mucho hacerte trenzas.
— Si te soy sincera no lo recuerdo –me ruborizo.
— Lo sé, no te gustaba que te peinaran. Lo hacía cuando estabas dormida –se encoje de hombros. 'No, no, no, me parece adorable que lo hayas hecho'.
— Si tenemos una niña, déjame peinarla –sonríe. Oh claro que sí. Dejaré que hagas lo que quieras mientras seas feliz.
— No sé peinar.
— Aprenderás –atrae una silla y se sienta delante de mí tendiéndome un peine.
— ¿Qué? –pregunto irónica.
— Péiname –pide. Oh.
— Um Bruno... no sé peinar. Apenas y puedo hacerme una coleta decente.
— Inténtalo.
— Si tú quieres...
Agarro el peine y como su cabello está mojado me resulta más fácil. Marco una línea un poco más al lado de la mitad de su cabeza y hago el peine hacia atrás, trazando la línea con facilidad. Levanto el peine y peino el cabello para que quede como una madre peina a su niño pequeño. Puede que así peine a Jace.
— Ves, no es difícil.
— Supongo que no.
— Ven, se nos hará todavía más tarde.
——————————————————————————————————————————————————
Chicas! ya estamos en el penúltimo capitulo de la nove!! ya casi se acabaaaaaa!!