Capitulo 22.

1.1K 68 2
                                    

–¿Jóvenes les tomo una foto de recuerdo? –dijo un hombre que tenía una cámara en una esquina.

Estábamos parados frente a la Torre. Madre mía, era enorme. Yo gustosa asentí y rodee a Bruno con mis brazos para que todas esas gringas resbalosas dejaran de verlo. Amaba celarlo tanto.

Nos posicionamos frente a la torre de manera que se viera lo más posible y que nos distinguiéramos nosotros. El hombre contaba hasta 3 cada vez que nos tomaba una foto. No dejaba de mirarme y después de esos 10 minutos de hacernos hacer poses para la "cámara" me canse y el fotógrafo dejo de molestarnos.

Corrió a su negocio para revelarlas me parece. Eran de estas que apenas tomas la foto se revelan pero no sé que cosa fue a hacer. Seguro a guardar las fotos que evidentemente le tomo a mi trasero. Bruno me sonrió y nos sentamos en una banca. 

Había un mimo cerca de nosotros y comenzó a hacer el espectáculo típico de los mimos. Encerrado en una caja. Varios actos después la gente seguía aplaudiendo y llenando su sombrero con monedas. Bruno le había dado ya 5 billetes y seguía dándole cada vez que me hacia reír. El hombre con las fotografías llego y se las entrego a Bruno. Me miro sonriente y dijo que eran un regalo. Claro, después de fotografiar mi trasero para que quiera unas donde Bruno tapa mis atributos. 

–Sabes... me conviene venir contigo aquí. Es la tercera cosa desde que llegamos que me dan gratis con tan solo verte.

–Exageras, el hombre con las manzanas acarameladas dijo que están de regalo.

–La siguiente pareja que paso tuvo que pagar por cada una. A nosotros nos las dieron gratis.

–Bueno si, soy bonita que quieres –me reí. 

–Hermosa –beso mi mejilla.

–Bruno Te quiero demasiado

–¿De cuando aquí nos tuteamos? –pregunto haciéndose el ofendido.

–Desde que te dije que te amo –sonreí.

–Si, tienes razón. 

–Jóvenes les leo el futuro y la suerte –dijo una joven que estaba frente a su pequeño local. Vestía con lentejuelas y parecía gitana. Más bien lo era.

–Vamos –tire de su brazo – ¿qué ahí que hacer?

–Deme su mano –se la extendí. 

Miro con detenimiento mi mano. Sonrió varias veces y volvía a tensar su frente en señal de concentración. Con su dedo trazaba las líneas de mi palma. Poco después se sentó derecha y saco unas cartas de tarot.

–Escoge una –ordeno. Tome la primera que vi y se la di.

–Bueno a juzgar por tus líneas, las estrellas y... -miro la carta –La carta que elegiste estas enamorada. Pero no de cualquier hombre –sonrió –estas enamorada de tu sangre. Te sientes atraída por él. Cuidado muchacho porque puede ponerte el cuerno.

Ambos nos reímos. 

–Bueno, el futuro –dije aun riéndome. 

–Te engañas a ti misma niña. Sabes que esa persona no te corresponderá. Aparecerá alguien más aparte de ti –cerro los ojos y luego dio un suspiro –tu futuro es serle leal a quien te entregues por primera vez. 

–¿Y quien es? –pregunte ansiosa y algo triste por la parte en la que tal vez Bruno conociera a alguien aparte de mí.

–No lo sé –sonrió –quizá sea tu enamorado. O tu exnovio. 

–Vaya, gracias –le deje unas monedas en su lata de propinas. 

–Oye –se toco las sienes –eres una buena persona. No dejes que te lastimen.

–Seguro –dije y salimos de la carpa.

Enamorada de mi tioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora