Capitulo 19.

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–Quizá algún día –dije desilusionada.

–Bueno chicos, dejo que sigan desayunando. Yo debo ir a comprar unas cosas al supermercado. 

–Claro nana –dijo el ayudándole a abrir la puerta de su casa.

Nancy se fue y nos dedico una sonrisa al hacerlo. Al menos ahora sabia que no era la única que sabia que quedábamos hermosos juntos. Bruno regreso sonriente y se sentó junto a mí. 

–Tus padres me han llamado –informo mientras tomaba leche.

–Me siento la peor hija del mundo por haber dejado a mi mamá sola con mi padre estando embarazada –dije riendo. 

–¿Insinúas que tu papá no puede cuidarla? 

–No lo sé, quizá no. 

–Si la cuida como la cuido cuando estaba embarazada de ti, no tienes que preocuparte por nada. Ahora, ya que tus padres no están, podemos irnos de fin de semana a París. 

–Sería excelente –sonreí emocionada y le di otra mordida a mis hot-cakes. Me faltaba relativamente nada para terminármelos.

–Entonces llamaré para hacer una reservación. 

Mientras yo me fui a bañar y preparar mis maletas Bruno hacia reservaciones. Llevaba treinta minutos en la ducha por lo que mi cuerpo ya estaba muy limpio. Me puse mis cremas corporales y para el cabello. Me puse unos jeans negros con una blusa rosa pálida y unas botas de tacón. 

Baje a ver que hacia mi tío y lo encontré también bañado y listo.

–Bueno, el avión sale en 3 horas. Vamos –me tomo de la mano y acarreo las maletas hasta su auto. 

En el camino al aeropuerto puse mi disco favorito. Beyoncé. Cuando fuera mayor quería ser como ella, tenía un cuerpo de ensueño y una voz maravillosa. 

–Veo que te gusta mucho –dijo sonriente.

–Si –seguí cantando al compas de la música. 

–Me parece que va a estar en concierto en Reino Unido la próxima semana.

–Oh Dios la amo, es mi ídolo. 

–¿Cuándo sales de vacaciones de navidad? –estas eran las primeras indirectas para decirme que me llevaría al concierto.

–Estoy de vacaciones –le recordé.

–¿De verdad? Entonces podemos pasar la Navidad en donde tu quieras

–Italia –dije de repente. 

–Italia será –llegamos a la entrada del aeropuerto.

Bajamos nuestras cosas y un hombre se ofreció a llevarlas hasta donde debíamos documentar. Caminamos detrás de el para llegar más rápido. 

Documentamos nuestras maletas y nos dieron indicaciones. Debíamos esperar en la sala B hasta que dijeran que podíamos abordar y nuestro número de vuelo era 2937 con destino a la ciudad de París. 

Bruno compro dos vasos con café y un sándwich para cada uno. Yo no me lo comí ya que había desayunado hace poco. En cambio mi tío lo devoró como si no hubiera comido nada en días. 

–"Pasajeros del vuelo 2937 favor de abordar el avión" –dijo una voz en las bocinas.

–Ven, vamos –Bruno me tomo de la mano y me jalo hasta el conducto por donde la gente abordaba a los aviones.

–Sus boletos por favor –dijo la azafata coqueteándole a MI tío. 

–Aquí –le di los boletos y prácticamente me embarre y colgué de Bruno. 

Entramos al avión y los sillones eran muy cómodos, tenían almohada y una cobija de color azul con el logo de la aerolínea en una esquina. Quite el antebrazo que nos impedía a mi tío y a mi estar juntos y me recosté en su hombro.

–Princesa, ¿te han dicho que eres muy celosa? –me pregunto sonriendo.

–Sí, pero solo cuido mis cosas –me escondí en su pecho. Su olor era tan varonil que me enamoraba cada vez más cuando lo olfateaba.

–Sabes que siempre voy a ser tuyo –respondió. 

–Quiero cerciorarme –bese su mejilla.

Enamorada de mi tioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora