Capitulo 40.

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Unas ganas terribles de vomitar me interrumpen el momento. ¿Ahora qué? Llego al inodoro y deshecho lo que comí hace unas horas en el avión. Para mi suerte mis padres también pusieron un cepillo de dientes y pasta dental. Abro el grifo del agua y cepillo mis dientes.

— Tn_____ vamos a ir a cenar afuera, ¿vienes? –dice mi madre creo que afuera de mi cuarto.

— Voy –digo escupiendo el resto de agua que me tome para enjuagar mi boca.

Salgo y rápidamente me cambio la blusa por un blusón lila y tacones negros, me maquillo naturalmente y tomo un abrigo. Salgo por la puerta y mi mamá está esperándome.

— Te ves preciosa mi amor –me da un beso en la frente.

— Gracias. ¿A dónde iremos?

— A un restaurante que se llama Braceless. Lo inauguraron hace unos días y tu padre y yo quisimos llevarte a cenar ahí.

Asiento con la cabeza y sonrío ligeramente. Ella me sonríe de vuelta y baja felizmente las escaleras hasta encontrarse con mi padre, le da un beso y se toman de la mano. Por un momento me da envidia, de todas las personas del mundo me tuve que enamorar de la única que no puedo tener.

Mi padre estira su mano y yo la tomo. Salimos al auto de mis padres y emprendimos camino.

Al llegar, mi padre dejo el auto en el valet parking y nos indicaron la entrada. El restaurante era muy lujoso y bonito. Las personas venían excelentemente vestidas y agradecí a la suerte haber cambiado. Hay una especie de celebración y hay muchas chicas en una mesa, riendo y comiendo creo que camarones. Del otro lado están unos chicos, que son guapos todos en su mayoría.

Regreso al lado de mis padres y nos indican que nuestra mesa será junto a los chicos. Siento mariposas en el estómago, supongo que de nerviosismo. Nunca he sido muy bien tratada por la gente nueva.

Al sentarme veo que murmuran cosas, intento ignorarlas y me regreso a la conversación de mis padres.

— Entonces... ¿pensaste en un nombre? –pregunta mi padre.

— Algo así –sonrío tímidamente. Mi madre me da una mirada cómplice y no sé si es porque ya sabe que quiero que se llame Bruno o porque estoy nerviosa de los tipos de atrás.

— Y bien...

— Bueno, olvídalo. Ya no me gusta ese nombre, te lo diré luego –de nuevo, me entran esas terribles e inesperadas ganas de vomitar.

— ¿Qué te pasa?

— Necesito un baño –me levanto rápidamente.

Camino hasta encontrar los baños de mujeres y expulso no sé qué, porque no he comido nada. Me lavo lo mejor posible la boca y toco mi estómago. Dios, ¿qué me pasa?

Al salir del baño me topo con uno de los chicos que están en la mesa detrás de la mía. Me sonríe y evito totalmente devolvérsela mostrando los dientes. Una sonrisa ligera.

— Eres de mi mesa vecina –me dice. 'sí'.

— Um, sí.

— Mi nombre es Dylan, dentro de poco se hará una especie de vals, ¿quieres bailar conmigo? –'pero que rayos' 'niégate'.

— Creo... que ya nos vamos.

— No han cenado nada –'acosador'.

— Si aún estamos aquí para cuando empiece, sí.

— Excelente, ¿y tú eres...?

— Tn_____ Hutcherson, para servirte –estrechamos manos.

— Bonito nombre, regresa a tu mesa, tus papás estaban preocupados.

Entra al baño y me quedo helada. Regreso a la mesa de mis padres y efectivamente, están preocupados.

— ¿Estás bien? –pregunta mi padre – ¿quieres que nos vayamos?

— Sería lo mejor, sí –digo de inmediato.

— Entonces andando.

Mi padre ayuda a levantarse a mi madre quien cada vez tiene que esforzarse más. Ese bebé será muy grande. Le dice algo al camarero, imagino que cancelando lo que pidieron y nos vamos. El de valet parking le devuelve el auto justo donde lo dejamos y nos subimos en él.

En el camino vuelvo a sentir ganas de vomitar.

— Papá, detente. Necesito vomitar otra vez.

— Es la segunda vez en menos de una hora, ¿qué te pasa tn____? –detiene el auto.

— No lo sé.

Bajo y vuelvo a desechar. Mi madre me da unas mentas y se lo agradezco con toda el alma. Volvemos al camino hacia mi casa y pienso en lo que podría pasar. En París fue igual, quizá solo algo que no me cayó bien. Aunque recuerdo lo que el doctor me dijo en París 'me parece que usted está embarazada, felicidades'.

En ese entonces era virgen, así que era totalmente incierto, pero ahora... Bruno y yo no usamos protección. ¡Dios mío! Puedo estar embarazada de mi tío.

Enamorada de mi tioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora