Capitulo 31.

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Despierto abrazada de Bruno, me siento extraña. Me siento renovada. Me miro debajo de las sabanas y estoy desnuda. Sonrió cuando recuerdo lo que paso anoche y me volteo tan solo un poco y despacio para mirar a Bruno. 

Me abrazo de su cuello y le planto un beso en los labios. Cuando me lo responde sé que está despierto. Increíblemente tengo hambre pero quiero quedarme con Bruno en la cama un poco más. Cuando nos separamos me besa el cuello y luego me sonríe.

—Hola –digo tímida sin saber que se dice en estos casos. No puedo decirle eres el mejor novio del mundo porque no es mío. No puedo decirle que la pase muy bien anoche porque quizá le incomode. Así que me parece apropiado saludarlo normal. 

—¿No te duele nada? –besa mi nariz.

—Un poco –me ruborizo –pero nada intolerable. 

—No debí hacerlo –se levanta. Me muerdo el labio al verlo totalmente desnudo. Pero increíblemente mis ojos solo ven a los suyos. 

Me siento mal por lo que dijo y me levanto envuelta en la sabana ya que sigo sintiendo extraño el que me vea desnuda. Me coloco frente a él y lo miro a los ojos. 

—¿Te arrepientes? –digo en un hilo de voz.

—¿Tú te arrepientes? 

—No –digo de inmediato –no me arrepiento. 

Me sonríe y me besa. Inconscientemente suelto la sabana en la que estoy envuelta y nuevamente quedo desnuda frente a él. Él parece notarlo y me agarra de la cintura, comienza a dibujar formas con el dedo y finalizamos el beso. 

—Vamos a que desayunes –sigue sin contestar mi pregunta. 

Asiento con la cabeza y me meto a duchar. Mientras el agua corre por mi cuerpo recuerdo las manos de Bruno al hacerlo. Salgo y me coloco ropa interior pero quiero volver a provocarlo así que me pongo una bata casi transparente. 

Al bajar las escaleras me llega el olor de panqueques. ¿Bruno haciendo panqueques? Me paralizo al ver a Nancy y a Bruno hablando felizmente. ¡Nancy! La había olvidado por completo. 

—Tn_____ Dios santo. ¿Qué te ha hecho ponerte solo eso? –le cubre los ojos a Taylor y me rio. Si tan solo supiera que ya me conoce totalmente. 

—Tengo calor –me excuso aun paralizada. No puedo moverme y las piernas me tiemblan.

—Entonces siéntate para que Bruno no te vea –él ríe, seguramente por pensar lo mismo que yo. 

Voy a sentarme junto a él y Nancy me da un plato con mi desayuno. Bruno no me mira en lo absoluto y siento que algo le pasa. Lo confirmo cuando me recuesto en su hombro y me retira. 

—¿Qué te pasa? –pregunto por lo bajo.

No obtengo respuesta alguna y lo miro fulminante. ¿Será que si es como todos? ¿Solo quería tener una noche y punto final?

Me levanto molesta de la mesa y me voy a mi cuarto. Me visto con unos jeans y una blusa color crema que es mi favorita. Bajo de nuevo y Bruno quiere decirme algo. Lo dejo con la palabra en la boca y salgo a caminar.

Llego al parque que está por mi casa donde Bruno me beso por primera vez y siento ganas de llorar. Yo siempre me había imaginado que después de que hiciera el amor hoy me estaría llenando de halagos y caricias. 

Me siento en la rama de un árbol y veo a Kyle. Me saluda y le devuelvo el saludo. Unas horas más tarde de lamentarme decido regresar a casa de Bruno que está bastante lejos del parque donde me encuentro. En el camino me digo a mi misma.

—No me arrepiento de nada –digo en la puerta de la casa –al menos para mí fue hermoso y lo disfrute. 

—No deberías hablar de esto sola –me sorprendo que este afuera y cerca de mí.

—No tengo con quien hablarlo –lo ignoro entrando a la casa. 

—Conmigo.

Me abraza por detrás y me pega a él. Besa mi cuello y me es imposible seguir molesta con él. 

—Estás loca si crees que yo no lo disfrute.

—No parecía hoy en la mañana.

—¿Te preocupaba que no lo hubiera disfrutado? 

—Bueno... sí. Pero también que te hubieras arrepentido y por eso estuvieras de serio conmigo. 

—Tn____ -me voltea haciendo que lo mire a los ojos –nunca me voy a arrepentir de lo que hice anoche.

Enamorada de mi tioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora