Jack Conway

810 36 0
                                    


En el silencio del amanecer tus dedos recorrían la cara dormida de tu chico, trazaban pequeñas líneas por alrededor de sus mejillas y su nariz hasta llegar a sus labios, estuviste así varios minutos dibujando su cara con tus dedos y observando con detenimiento como si de un momento a otro se fuera desvanecer.

Un rayo de luz entró por las rendijas que tu cortina dejaba cegándote momentáneamente, para cuando volviste a abrir los ojos aquel chico ya no descansaba a tu lado, tan solo estaba aquellas sábanas tan bien hechas, sin ninguna arruga, sin nadie que las utilizara desde aquella mañana en la que despertó pero nunca volvió, con cuidado limpiaste las lágrimas que tus ojos verdes desprendían y como cada mañana le dabas los buenos días a aquel sitio vacío pero lleno en tu corazón, te estiraste e intentaste no volver a mirar a aquel lugar pero aun pasado un año todavía seguías haciéndolo.

Cabizbaja anduviste hasta el baño, abriste la llave del agua dejándola caer, cuando estuvo caliente entraste en ella y dejaste que todas las lágrimas se fueran por el desagüe junto a aquella agua, tras unos minutos saliste de la ducha e intentaste proseguir con tu vida pues él lo quería así, así que así lo harías. 

Sobre las nueve de la mañana entraste por aquellas puertas de cristal, tu mueca triste fue cambiada por una sonrisa falsa y como todas las mañanas desde su muerte saludaste con falsedad a todos los cadetes y agentes de aquella comisaría, de su querida comisaría, realmente no querías hacerlo pero tenías que ser de piedra frente a ellos, tal y como te lo pidió.

Pero entre tantos agentes y cadetes había una persona la cual podías ser tú, la cual podías mostrarte tal y como te sentías y ese era aunque suene raro un ruso de dos metros de altura y mirada seria, el cual todos consideraban un témpano de hielo pero que tú lo veías como el lugar más cálido al que ir cuando más lo necesitabas, era como estar en tu hogar.

Y realmente que lo era, pues fue el primero que conociste en aquel lugar de locos y desde entonces aquella amistad no había cambiado ni un ápice, así que cuando lo encontraste en las escaleras tan solo tuvo que saludarte para saber cuan de destruida estabas esa mañana, así que simplemente se dio la vuelta y subió en silencio contigo, entro a tu despacho y simplemente espero a que tu quisieras hablar.

-  Quiero decirte que estoy bien

-  Pero no puedes

-  No, a ti no, al resto si, incluso si me esfuerzo mucho puedo mentirle en una llamada a Greco, pero a ti nunca Viktor

-  ¿ Quieres hablar?

-  No, quiero viajar al pasado, pero eso no puedo

-  Ojala

-  Ojala, ambos hubiéramos salvado a más de uno

-  Si. Dijo cabizbajo

El sonido de alguien tocando la puerta interrumpió aquella conversación, Volkov miro serio al hombre uniformado que estaba en la puerta en cambio ______ miraba confusa pues no sabía que pintaba aquel agente de la CIA en su puerta.

-  ¿ Qué hace la CIA aquí Viktor?

-  No tengo ni idea

-  Pase. Grito la pelirroja

-  Estoy buscando a la comisaria Beckett

-  La misma ¿ que desea?

-  ¿ Podemos hablar a solas?

-  Todo lo que me comunique lo puede escuchar el comisario Volkov, es de alto rango incluso más que yo, así que diga ¿ qué le ha traído hasta los Santos?

-  Es sobre el caso del superintendente Conway, su prometido

Al escuchar aquel nombre la pelirroja se tensó y se quedó más blanca que la mismísima nieve, juraría que se caería redonda al suelo si no estuviera agarrada a aquella silla, miró a Volkov sin saber que hacer ni que decir, él también estaba en shock pero supo recomponerse más rápido que ella.

-  ¿ Como que el caso Conway?. Preguntó el ruso

-  Tenemos nuevas pruebas de lo que ocurrió aquel 18 de Septiembre, así que se las traemos a la Comisaria Jefe, que es la señorita Beckett ¿no?

-  Si, claro, soy la Comisaria Jefe, ¿ De qué pruebas se trata?

-  De unas huellas en la pistola que lo mató y hemos descifrado aquel mensaje medio borrado de la pared

-  ¿ Puedo verlas?

-  Claro, tan solo vengo a dejarlas. Dicho esto, aquel hombre dejó la carpeta encima de la mesa.  -  Con permiso. Dicho esto se largó de la sala dejando a aquellos dos en pleno silencio.

La mirada de la chica se dirigió primero a la carpeta amarilla en la cual sobresalía todos los papeles en los cuales estaban con todo detalle el asesinato de aquel día, luego desvió la mirada a los ojos claros de Volkov los cuales reflejaban toda aquella confusión que sentía aquel hombre.

-  Después de un año, aparece esto, huellas en su arma y el mensaje que él escribió. Dijiste en un susurro

-  Creía que su caso fue cerrado

-  Yo también, es más me lo cerraron a mí porque no estaba en condiciones de buscar más pistas, dijeron que era un robo frustrado, pero nunca me lo creí

-  Es que conociendo a Conway no es creíble, su arma lo mató y él no la daría por que sí. Sentenció el ruso

-  Pues a saber que nos han traído la CIA

Con incertidumbre abrieron aquella carpeta amarilla, rebuscaron entre aquellos papeles descartando todos aquellos que tanto ______ como Viktor habian escrito ellos mismos y que conocían como la palma de su mano, hasta llegar a aquellas dos pruebas nuevas que hicieron conectar todo y que ambos supieran quien había acabado con la vida de aquel hombre de corbata negra y pelo casi platinado.

Volkov abandonó la sala en el mismo momento que la pelirroja se lo pidió, en ningún momento le pregunto, tan solo salió de allí con semblante triste camino hacia la pequeña terraza que estaba a unos metros suya, cerró tras de sí, se llevó un cigarro a sus labios, el cual nunca fue encendido y llamó a una persona que tendría que saber el paradero del asesino o por lo menos eso esperaba él pues para aquella persona eran como hermanos.

Mientras _____ estaba sentada en aquella silla con los ojos cerrados, susurrando cada paso de lo que había ocurrido aquella fatídica tarde de septiembre, a días de su compromiso, a días de su mejor día, del más feliz el cual nunca llegó.

-  Me dijiste que ibas a ir a comprar algo para cenar al 24 horas, pero me mentiste te ibas a reunir con él, con tu asesino, ibas sin preocupación o por lo menos eso era lo que demostrabas pero te conozco Jack ibas inseguro por todo lo que había pasado ya, hasta tú mismo lo decías, "con lo que está pasando cómo nos vamos a casar " pero te convencí de hacerlo cuando vi que era posible que en esa guerra contra la mafia alguno de los dos partiera a la otra vida, que no me equivoque, pero realmente no me esperaba que fuera el, hablaste con él, seguramente intentaste convencerlo de que fuera contigo, que dejara todo, no sé si tú mismo te convenciste o te engaño, a lo mejor le contaste lo de la boda pues después se refirió a eso en la carta que me mando tras tu muerte, tal vez Gus te abrazo pero Pogo fue quien te quito tu arma y quien te mato, lo más seguro porque si no que hacen las huellas de Gustabo en tu arma y el mensaje " El payaso mata, el no " en la pared. Tan solo no entiendo por qué no me lo dijiste y tan solo me pediste que siguiera con mi vida y me olvidara de todo. No es justo Jack, no puedo seguir mi vida así como así después de verte morir y de ahora enterarme de que tu hijo fue quien te mato.

Youtubers and Streamers One Shot 2 ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora