Amantes incomprendidos

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Jimin miraba a su mejor amigo con una ceja alzada mientras que este lloraba, si, entendía un poco lo que balbuceaba, pero realmente no le hallaba sentido.

—Ya te había dicho que se iría a ese intercambio ¿Cuál es el problema?

—¿Y si me olvida?

—Bueno, entonces no era para ti.

Taehyung le miró con reproche. —¿Por qué eres tan malo conmigo?

—¿Yo? Yo no te hice nada, no soy quien se va a ir a quien sabe dónde.

—Jimin...—Hoseok le miró mal.

—¿Por qué están tan sentimentales? —bufó rodando los ojos.

—Siempre eres un mamón, directo y grosero, pero últimamente te estás pasando.

—Oh vamos Tae ¿Qué quieres que te diga? ¿Te abrazo y te mimo? No, te hablo con la verdad, en primera Namjoon se va a la universidad, dónde hay más personas, cualquier cosa puede pasar, espero que no, pero, no te voy a mentir, diciendo que van a ser la pareja ideal toda la vida. Tienes que tomar en cuenta todo y nunca fantasear con cosas que no pueden pasar.

—Nunca te has enamorado—bufó Hoseok—. ¿Qué sabes tú del amor? No sabes nada Jimin, más que coger con cualquiera una noche sin emociones de por medio, es obvio que no tienes nada bueno que decir, como siempre, pero Tae es tú mejor amigo, al menos podrías intentar que no se sienta tan miserable o escucharlo.

Jimin se quedó en silencio, sí había estado molesto por dos semanas completas, las mismas que no había visto o hablado con Yoongi, porque este lo había borrado por completo, no contestaba sus mensajes y dos de ellos era su límite, Jimin nunca rogaba a nadie. Sin excepciones.

—Lo lamento, no recordaba que tenía que cuidar mis palabras con ustedes, me voy para no molestarlos—se levantó molesto y emprendió camino al estacionamiento.

—¡Jimin, regresa!

Pero, no lo hizo, no porque en verdad estuviera molesto, sino, porque no podía controlar su boca y no quería herir a sus amigos con sus comentarios, siempre había tenido problemas para controlar sus impulsos y no es como si alguien le enseñará cómo hacerlo.

Se sentía avergonzado, había mostrado su lado más débil y vulnerable frente a Yoongi, suponía que este pensaba que estaba loco, era un traumado o un estúpido y por eso no volvió a buscarlo.

Caminaba cabizbajo, por la acera, tomaría el tren y se perdería en algún bar cercano, beber hasta que perdiera la consciencia. Cerró los ojos y dejó que el camino lo guiará. Cuando llegó a la parada, se sentó y espero con seriedad. Estaba seguro que todo se trataba del sexo, y maldecia a Yoongi por ser tan bueno en ello.

Perdido en sus pensamientos, miró su teléfono, tal vez podría encontrar el número de viejas conquistas, aunque nunca repetía con ninguno, solo con Yoongi.

Escuchó un auto detenerse frente a él, pero no elevó el rostro hasta que el claxon lo sorprendió. Era un auto muy bien conocido, el conductor le miró con una media sonrisa.

—¿Vienes?

—No, gracias.

—Vamos, bebamos algo. Es viernes y son las cinco de la tarde, es la hora feliz.

Jimin tenía que negarse y lo sabía, pero, ver la sonrisa de Yoongi, que causó estragos en su estómago, se lo impidió, esa sonrisa dulce, le gustaba, y quería tener sexo con él, suspiró pesadamente y subió sintiéndose humillado.

—¿Quieres ir a mi casa? Mi hermano está en un campamento. O podemos ir a un bar, conozco uno que es bueno, hay promoción en la cerveza.

Jimin le miró con una ceja alzada. —¿De repente te dieron ganas de hablarme?

My Picky Candy *Yoonmin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora