Cuidado y cariño

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—No hagas eso—su voz sonaba distorsionada por la risa—. ¡Ya!

El ahora pelinegro no hizo caso de sus gritos y siguió besando su estómago, mordiendo su cadera, causándole unas cosquillas infernales, no paraba de reír, se retorcía en toda la cama, le dolían las costillas y las mejillas de tanto sonreír. Jimin estaba pasando un buen momento, los primeros días después de aceptar ser novio de Yoongi sintió terror, porque no sabía de qué manera eso podría afectarle, siempre huyó de una relación, no le gustaba depender de alguien, ni todo lo que conllevaba estar enamorado, pero Yoongi lo hacía ver tan sencillo, era amable, dulce y seguía siendo divertido, incluso ahora más que antes. Se sentía cómodo a su lado, y eso hacia las cosas mucho mejor, ya no era sólo sexo, eran palabras de afecto, cuidados y cariño.

Tomó sus cabellos y los jaló, Yoongi gruñó antes de apretar sus costados y hacer más cosquillas. Ambos reían hasta quedarse sin aliento.

—¡Basta!

Yoongi paró, se recostó a su lado y tomó aire.

—Debo dejar de fumar. Me está matando los pulmones.

—Eso o te estás haciendo cada vez más anciano—rio por lo bajo antes de subirse a horcajadas sobre su regazo—. ¿Qué me vas a hacer de comer? Tengo hambre.

—Comete lo que tengo debajo de los pantalones—elevó una ceja.

—No, porque te enojas si lo muerdo—bufó—. Quiero sushi.

—Bien, después haces tu tarea, yo tengo que hacer la mía y no te quiero por aquí distrayendome.

Jimin soltó una ligera carcajada y se agachó para besar sus labios, fue un beso tenue, llevó sus labios a su mejilla y después a su nariz, Yoongi lo abrazó por la cintura y sonrió cerrando los ojos, disfrutando de los mimos que Jimin le daba, en ese tiempo, se dio cuenta que la palabra novio había dado una nueva connotación a su relación, ahora, el rubio se expresaba más, lo besaba y era mimoso, su aroma se volvía más dulce y le encantaba.

—Hoy no podré dormir contigo, tengo que ir a Busan, estaré fuera todo el fin de semana.

Yoongi abrió los ojos de golpe. —¿Por qué?

—La abuela no se siente bien—se encogió de hombros bajando de su cuerpo para levantarse de la cama, sólo llevaba puesta una camisa grande que llegaba a sus muslos—. Iré a ver si todo está en orden.

No podía ver el rostro de Jimin, se sentó en la cama, al verse en el espejo de la esquina pudo apreciar el desastre que era su cabello, y las marcas amoratadas en su cuello y pecho, habían tenido una noche salvaje, y cualquiera que los viera daría fe de ello.

—¿Está enferma? —preguntó con cautela. Jimin no era afin a contar sus problemas, mucho menos a hablarle de su familia.

—Mmm algo así—se encogió de hombros—. ¿Me vas a extrañar? —preguntó mirándolo sobre su hombro con una sonrisa pícara.

Yoongi aligeró su gesto para sonreír ladino.

—Claro que si y lo sabes bien, estaré solo, mi hermano se fue a casa de mis abuelos—suspiró—. Y JungKook está jugando a la casita, así que no tengo nada qué hacer.

—Tae está feliz, creo que saber sobre la paternidad de JungKook ayudó mucho—se encogió de hombros—. Tendrás que buscar algo que hacer.

—¿Y si te acompaño? —preguntó con cautela.

Jimin le miró fijamente, como si lo estuviera pensando, se acercó a él y rio. Yoongi lo abrazó de la cintura y besó su estómago.

—¿Temes no poder sobrevivir sin mi?

My Picky Candy *Yoonmin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora