Se despertó ansioso, estaba muy emocionado y feliz, hoy vería a Jeonghan, su ángel, que cosas pensaba, apenas lo conocía.
- ¿Y eso que estás feliz?- Dijo su madre levantando las cejas.
- Sí, siempre andas amargado- Agregó Lia viendo su celular.
¿Podrían callarse? Ese par siempre lo hacían enojar, le amargaban el momento.
Volteó los ojos y suspiró pesado- No soy amargado- Puso fuertemente el bajo sobre la mesa provocando ruido.
- ¡Minghao!- Le llamó la atención su madre- No te está diciendo nada, es la verdad, siembre andas con cara de amargado, pareces un viejo, pero como tienes algo en contra de tu hermana- Puso sus manos en su cadera.
El castaño rodó los ojos y se llevó su tazón de cereal a la sala, donde estaba Seungcheol viendo televisión con su padre.
[...]
El dulce silencio de la sala fue interrumpido por la chillona y ruidosa voz de Lia. Bajó las gradas haciendo demasiado ruido y sonriendo como si fuera una celebridad en la alfombra roja.
- ¿No me veo hermosa?- Sonrió presumiendo su look.
No, pareces ridícula.
- Claro mi amor, te ves perfecta, ¡que linda es mi princesa!- Habló su madre desde el otro lado de la sala.
- ¿A dónde va mi princesa?- Habló su padre.
- ¡Junseo me llevará de paseo!
¿Cómo esa idiota tenía pareja y Minghao no? Que injusto.
- Minghao, ¿no se ve hermosa tu hermana?- Sonrió su madre.
Suspiro pesado- Sí- Dijo desinteresado pasando al lado de su hermana para subir a su habitación.
[...]
Terminó de alistarse, bajo las gradas con una sonrisa, ansioso por ver a Jeonghan.
- ¿Ahora a dónde vas? ¿A quién le pediste permiso? Tu hermana viene en una hora y tienes que ayudarla a estudiar para su examen de inglés- Dijo su madre.
¿Qué diablos? Esa malparida tiene 18 años, puede estudiar por si sola, da igual si son hermanos, Minghao nunca aceptó ayudarla a estudiar, odia ayudar a los demás cuando se trata de estudio, especialmente si es Lia. Por nada del mundo perdería la oportunidad de ver de nuevo a Jeonghan.
- Yo nunca acepté ayudarla a estudiar, ya está grande. Yo también tengo derecho de salir, ya debería irme- Se encaminó hacía la puerta.
Sintió un fuerte dolor en su cabeza, era su madre, lo jaló del cabello- ¿A dónde crees que vas? ¡Usted no se manda sólo!
Quitó la mano de su madre de sobre su cabello- ¡Voy a salir y punto! ¡¿Por qué yo no puedo salir?! ¡Siempre es Lia! ¡Deja de tratarla así solo a ella! ¡Ya estoy harto de ti!- Pronto sintió dolor en su mejilla.
- ¡¿Quién te crees para alzarme la voz?!- Empujó al castaño hacia la pared- ¿Ves? Eres un malcriado, ¡¿Por qué no puedes ser como tu hermana?!- Golpeó la cabeza del chico contra la pared.
- ¡Mamá!- Le gritó Seungcheol al ver lo que acababa de hacer y se acercó a la escena.
- ¿Qué? No se meta Seungcheol, si no quiere que le pegue a usted también.
- ¿Qué está pasando?- Llegó el padre.
- Nada, este idiota que no sirve para nada- Volvió a empujar a Minghao pero ahora haciéndolo caer al suelo, Seungcheol lo ayudó a levantarse- ¡Que no te metas!- Le pegó a Seungcheol.
- ¡Ya! ¡A mí no me pega!- Empujó a su madre, Seungcheol era de carácter fuerte y no le tenía miedo a su madre.
Minghao aprovechó el momento para salir de la casa, no tenía planeado llorar pero las palabras de su madre se repetían en bucle "no sirve para nada".
Algunas lágrimas salieron de sus ojos, bañando sus mejillas, rápidamente las limpiaba para no llamar la atención de la gente que pasaba. Debía relajarse, lo último que quería era que Jeonghan lo viera así y se preocupara.Llegó un poco tarde al parque, estaba avergonzado por eso, ¿Será que Jeonghan se podría molestar por eso?
Caminó por el parque buscando al rubio de hermosos cabellos. Lo encontró leyendo un libro, estaba muy concentrado en este que no se dio cuenta de la presencia del chino. Vestía un pantalón café, zapatos café, una camisa blanca con un saco beige, y una boina café que quedaba perfecta con su hermoso cabello y pálido rostro.Se sentó al lado del coreano esperando a que se diera cuenta de su presencia, pero no sucedió tan rápido. Se limitó a guardar silencio mientras veía los ojos del contrario deslizarse delicadamente por las páginas del libro y la brisa mover sus cabellos.
- Jeonghan- Pronunció el chino ganando la atención del rubio.
- ¡Oh lo siento! No sabía que eras tú- Rio avergonzado.
- No te preocupes, perdón por llegar tarde.
- No, está bien, has de tener tus razones, no te preocupes- Sonrió para por fin cerrar su libro- ¿Quieres que nos quedemos aquí charlando? ¿Ir a los juegos? ¿O ir a comer algo?- Preguntó señalando los tres lugares que mencionó.
Rio ante la acción del coreano- Lo que tú prefieras está bien.
- Bueno, en ese caso... charlemos un rato- Sonrió acomodándose en su asiento- Oh, es cierto, ayer me quedé dormido después de enviarte el mensaje y no cerré la app, por eso salía que estaba conectado, perdón por no despedirme.
- Está bien, ya pasó.
[...]
La brisa se había vuelto fría y los rayos del sol desaparecieron, ya no habían personas en el parque. Lo único que se escuchaba era el sonido de los autos y el columpio en movimiento.
- Estar solo puede llegar a ser feo, pero al mismo tiempo, te salva de llegar a estar acompañado de alguien que no te haga sentir bien, ¿no crees?- Dijo Jeonghan quien columpiaba a Minghao.
- Tienes razón, pero si tienes suerte llegas a estar acompañado de alguien bueno.
- Hm, creo que es mejor no arriesgarse y tal vez intentar convivir con la soledad.
- Es lo que hago desde que tengo conciencia, pero creo que simplemente la soledad es alguien con quien nunca podrás convivir.
- Comprendo, entonces, yo estaré para ti, no dudes en contarme cualquier cosa que quieras, te apoyaré y ayudaré siempre que lo necesites, no te dejaré solo- Dijo esto sentándose en el columpio de al lado dándole una sonrisa sincera.
Minghao sintió un extraño sentimiento en su corazón. Se le escaparon algunas lágrimas. Jeonghan hablaba tan seguro de lo que decía, Minghao ya no estaría solo, por fin, nunca más estaría solo. Realmente Jeonghan era un ángel, ¿Él se merecía a alguien como Jeonghan? No importaba la respuesta, ahora solo podía ser feliz.
Jeonghan se acercó a él, lo abrazó, mientras limpiaba sus lágrimas y lo hacía sentir seguro.
Minghao estaba totalmente seguro de haber visto a un ángel tras levantar la mirada y ver la luna reflejada en los ojos del rubio. Que hermoso era. Se sintió en paz y tranquilidad.No había nada mejor que estar bajo la luz de la luna en los brazos del rubio, escuchando sus tranquilos latidos, la brisa chocar contra sus cuerpos, el silencioso lugar donde los grillos cantaban, que el rubio secara tus lágrimas, acariciara tu espalda y cabello, sin duda se sentía el más feliz del mundo.
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𝐋𝐚𝐬𝐭 𝐃𝐢𝐧𝐧𝐞𝐫||𝐓𝐡𝐞𝟖 𝐒𝐕𝐓
Fanfiction𝐄𝐥 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨 𝐚𝐦𝐚 𝐣𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐢́𝐭𝐞𝐫𝐞𝐬 ¿𝐏𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐮𝐜𝐡𝐚𝐫 𝐬𝐮𝐬 𝐩𝐢𝐬𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐚𝐜𝐞𝐫𝐜𝐚𝐧𝐝𝐨𝐬𝐞? Portada hecha por @-binnielly