2.9

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-Esto es una intervención.

Es lo que anuncia Charlie cuando se abre paso en el departamento de Rivera, con Luke siguiéndolo de cerca. Ambos lucen ceños fruncidos y expresiones que le indican que van a golpearlo ante la menor provocación. Ojalá fuera tan sencillo como eso, dejar que lo golpeen y que después olviden lo que hizo. Rivera no hace más que suspirar y seguirlos hacia la sala. Ninguno se sienta, solo se quedan ahí de pie, esperando. Y, ¿Qué es lo que esperan exactamente? Parece que en realidad nadie lo sabe.

-Tenemos que saber si esto se va a volver algo cotidiano- inicia Luke. Por fortuna, Charlie no luce tan enfadado como él- Tú poniendo a Lucas por encima de todo.

El 46 se talla el hombro contrario. Podría mentir, por supuesto. Decir que no, jamás, hombre ¿cómo crees? Pero la verdad es que ni siquiera lo sabe. Estaba seguro de destruir a Navarro en el partido desde que supo que se enfrentarían. Pero después de todo lo qué pasó, sabiendo lo que sabía, simplemente no pudo hacerlo. Si hubiera sido un partido cualquiera, si no hubiera significado tanto para el mariscal, quizá no lo habría dejado ganar. Probablemente no.

-Ugh, olvídalo -continúa - tu cara ya lo dijo todo.

-Luke...

-No, mira, cierra la boca. Solo cierra la maldita boca. ¿Donde quedó toda esa basura sobre que Lucas se podía ir al diablo? Tantas palabras sobre que te daba igual y lo odiabas y mírate ahora, ni siquiera dudaste para darnos la espalda.

-No fue así.

- ¡Claro que lo fue! ¡Deja de ser un maldito bastardo de mierda! ¡Deja de mentirnos! ¡No somos idiotas, Tyler!

-Luke- interviene Charlie.

-No, quiero que lo diga. Quiero que lo acepte de una maldita vez porque estoy harto de esta mierda. De todo este maldito drama, de lo jodidas que están las cosas. Así que dilo de una maldita vez. Solo dilo. ¿Lo amas?

Tyler se queda en silencio. Parece que Luke ni siquiera parpadea mientras lo mira y espera. Charlie también está esperando y de pronto todo el ambiente se siente pesado. El silencio es demasiado intenso y asfixiante.

-No.

Luke esboza una sonrisa incrédula. Sí, probablemente no va a caer con eso, pero al menos tenía que intentarlo. Por él mismo, quizá. Porque aceptar lo contrario podría significar demasiado, más de lo que puede tolerar. Mucho más de lo que podría soportar. Aceptarlo significa que Lucas nunca se fue del todo, que siempre hubo una parte de él que lo esperó, que aún soñaba con él, que aún lo extrañaba. Aceptarlo sería desnudarse, exponer por completo algo que ha tenido encerrado en el pecho por años.

-No te atrevas a mentirme, Rivera. No te atrevas a decirme eso después de lo que hiciste. Me lo debes. Después de todo, me debes la verdad. Así que no te atrevas a mentirme porque saldré por esa puerta y jamás voy a volver, ¿Entiendes? -el 46 asiente una vez- Voy a preguntártelo una vez más, solo una vez más y espero la verdad. ¿Lo amas?

-...Sí.

Ahí está. Lo dijo. Charlie suspira, como si hubiera estado deseando escuchar lo contrario. Rivera aún no tiene en claro cuál es su postura en toda esa situación, porque luce mejor que Luke, pero no parece estar feliz con él.

- ¿Y tú qué piensas de todo eso? -cuestiona el chico de rastas volviéndose a Charlie quien miraba la escena en silencio, recargado contra la pared y las manos en los bolsillos del pantalón.

-Luke, vamos, hombre ¿qué esperabas? Era obvio que Rivera seguía enamorado de él. ¿De verdad pensaste que lo iba a dejar perder en un partido tan importante? -el rubio se vuelve a Tyler, ya no luce más relajado que Luke- Y tú, eres un imbécil. Nuestro invicto, Rivera. Nuestro maldito invicto y ni siquiera lo dudaste para jodertelo por ayudar a Navarro. Justo cuando pensé que no podías ser más idiota, me demuestras lo contrario.

Tiempo FueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora