Todo se sentía de otra manera a cuando visitaban a la tía Eunha. Antes daba miedo, los escalofríos hacían acto de presencia y se evitaba hacer desastre por el sentido común, sin embargo, a fin de cuentas todo volvía a la calma y normalidad una vez se despedían y salían de la propiedad.
Hoy era diferente, lo es.
Ya no solo iban a estar en ese lugar por una hora sino todo el día y la noche. El miedo pasajero se volvía eterno, los escalofríos parecían no abandonar la espina dorsal de los temerosos, el estado de alerta se activa sin saber de qué protegerse y los ojos abiertos y observadores no dejaban de girarse ante el menor ruido o sombra según fuera el protagonista del momento.Desde la mañana, el camión de la mudanza había aparcado en la entrada, bajaron los muebles y los cargadores recibieron una buena propina extra por ayudarles a meter y acomodar los pesados objetos.
Siendo las seis de la tarde, el sol en aquel lugar parecía menguar con más rapidez que en su antiguo hogar más citadino. Woonguk acomodaba las pequeñas cosas que sacaba con cuidado de las cajas, Jenny ayudaba torpemente siendo la encargada de desempacar los libros evitando las cosas frágiles y Jimin siendo más delicado que su pequeña hermana, acomodaba las fotos familiares en mesitas bajas. Por su lado, Jisoo se encargaba de preparar la cena con la despensa comprada dos días atrás.
Woonguk tocó del hombro a su hijo al sacar de la caja que resguardaba indumentarias del trabajo, un oso beige, en el medio de su cuello se cosía un moño azul. Apenas y era lo suficiente grande para no caber en su palma.
-Mira que encontré- señalaba con una sonrisa complice.
Jimin no evitó su sonrisa feliz en esos labios gruesos y matizados, una hilera de dientes pequeñitos y blancos relucieron.
-Mi oso- dijo, rápidamente se abalanzó para tomarlo-. Hola- saludó al adorable peluche.
Su padre siguió en su laborioso trabajo, muchas cajas fueron las desocupadas pero muchas más las que aún faltaban.
Suspiró irguiendose con las manos en la cintura, observando el aceptable desorden en la sala.
Jenny apareció con un asustado escarabajo en su mano, le emocionaba tener algo desconocido e interesante en su poder, no se puede decir lo mismo del hombre que asqueado le miró.
-Nena, deja esa cosa, es asqueroso.
-Es mi amigo papá.
-¿Amigo?- elevó una ceja.
-Si, no me hará nada.
Tratando de hacer que Jenny se deshiciera del horrendo insecto sin que llorara por quitárselo a la fuerza, Jimin permanecía ajeno a su disputa, la caja donde habían guardado algunos juguetes habiase topado con él. Junto a su oso, un carrito rojo, un libro delgado reluciente y una diminuta canica verdosa, olvidó por unos minutos las malas sensaciones que se produjeron en su llegada. Caminando a pasitos continuos y firmes, se alejó de sus padres y hermana con dirección a la que sería su nueva habitación.
El largo pasillo de madera estaba tan solitario, en sus paredes amarillentas aún se podían apreciar fotos frías de la tía Jung siendo una repetición de su inexpresividad en cada retrato, cosa que no dió ni la mínima importancia, tampoco el hecho de que las puertas fueran más de las que en su vida pudo contar en una misma casa, había dos cuartos de sobra y justo en la puerta casi frente a la recamara que sería de sus padres, estaba la de Jimin, su nueva habitación que por el momento seguiría compartiendo con Jenny hasta crecidos los dos un poco más.
A cómo pudo giró la perilla y abrió la puerta empujándola con su cadera. No se trataba de un cuarto extraordinario, no habían lujos o una puerta secreta que llevar a un mundo mágico pero era más grande que la antigua en el departamento quizás por dos o tres metros agregados. Las paredes a comparación de su habitación que hace solo horas atrás aún le pertenecía, carecían de vida y forma, no había ningún dibujo o color sobresaliente, al igual que lo demás, las paredes se pintaban en un amarillo traslúcido, los pisos oscuros de madera, una ventana gigante que dejaba entrar luz de a montón y una vista magnífica a los jardines verdes antes de tomar división visible con los árboles del bosque.
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DOLLHOUSE YOONMIN
FanfictionLa familia Park se muda a su nueva casa, una que la tía tétrica les a dejado al morir y una pequeña fortuna que les alivia el alma. Pero aquella casa guarda más secretos de los que se imaginan y quizás, solo quizás, no sean los únicos habitantes en...