CREDIBILIDAD

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Los meses habían pasado sin preveer cuenta del tiempo y la adaptación había sido rápida aunque probablemente les había costado a unos más que a otros, caso de Jisoo que hasta la fecha seguía teniendo esa extraña sensación confusa e intrigante que le traía nerviosa en ocasiones, obviandose más al estar sola y en silencio, era allí que su paz irónicamente se turbaba un poco.

Woonguk por su lado estaba tan ocupado en el trabajo que carentemente se permitía observar con fijeza las rarezas de su hogar. Él estaba conforme con lo que le rodeaba y así mismo le había aconsejado a su esposa tomar algún pasatiempo en la casa para mantener su mente ocupada. Le había hecho caso cuando una mañana algo nublada salía al jardín trasero y la insatisfacción de ver todo marchito, muerto, triste, decidió revivirlo.

Jenny siendo una pequeña con mucha energía era un chicle que no se despegaba del lado de su madre en cuanto llegaba del kinder al cual ya había empezado a asistir, ante su necesidad de no abandonar a su madre, fue la asignada como la ayudante de jardinería de Jisoo.

-Las rosas crecerán mucho mamá- poco a poco los rosales comenzaban a matizar vida y brillo, la castaña regaba la tierra con ayuda de una regadera.

-Claro, con el abono y nuestras manos estás rosas y todas las flores del jardín serán las maaaaás bonitas de todo el mundo.

-Y yo ayudé.

-Por supuesto, Jenny es la mejor jardinera.

Y por media hora más siguieron abonando, regando y restaurando las jardineras, se adentraron a la casa luego de guardar los utensilios en la bodega trasera.

-Tengo sed- puchereo dando saltos de conejo en la cocina.

-Yo igual, ¿te parece si mientras hago agua de...

-¡De fresa!

-¿Fresa?- asintió animadamente-. Bueno, mientras preparo la agua de fresa tu vas a tu habitación a cambiarte la ropa porque quedó un poco sucia con la tierra.

-Okey- siseó más de la cuenta para luego correr a las escaleras.

No estaba de más aclarar que Jimin como siempre que regresaba agotado del kinder, ir en tercero no era igual que en el segundo año, ante tanta arduas tareas de escritura, lectura y dibujo, caía rendido en su cama para la siesta de la tarde. No había sido la excepción ese día.

Su sueño era profundo y velado por Yoongi entre sus brazos. Los gritos llorones de Jenny hubieran despertado a cualquier que durmiera en ese lugar, menos a Jimin que siguió perdido en la inconsciencia.

Estaba realmente triste, la castaña respiraba difícilmente por los mocos atascados al llorar, de su garganta salían sollozos lamentables y sus ojos brotaban lágrimas escurridizas que mojaban su rostro.

Pronto Jisoo apareció asustada ante el temor de que algún golpe o piquete de algún animal fuera la causa de tales llantos. Cuando llegó se arrodilló con la calma apropiada ante su hija y le preguntó lo que había pasado.

Entre hipidos y espasmos, Jenny trató de explicar. En sus manos sostenía dos muñecas rotas en el medio de los cuerpos, el algodón sobresalía regandose por los lados y una coleta estaba mal trozada.

-¿Por qué has hecho eso nena?- las muñecas pasaron al poder de la mujer.

-Yo no fuí mamá, yo no fuí- repetía sin calmarse del todo-. Fuí Minie.

-¿Tu hermano? ¿Lo viste hacerlo?

-Mgmgh.

Jisoo suspiro ante la negativa, ciertamente no estaba segura de lo sucedido porque antes de ir al jardín las muñecas estaban en perfecto estado y el único que se había quedado en casa había sido su lindo angelito. Ahora que regresaban estaban de está manera tan maltratada y hasta con saña. Jenny no quitaba su puchero de sus finos labios.

DOLLHOUSE YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora