Era domingo por la tarde, el sol estaba a horas de ocultarse, normalmente en esa parte de la ciudad la noche llegaba horas después que en la ciudad, quizás debido a ser más abierto y campestre o porque el cielo tenía lastima de oscurecer la siniestra casa tan rápido que le daba sesenta minutos más de tranquilidad. Quién sabe. Aún con luz, las cosas estaban siempre tintadas en una extraña intranquilidad poco conocía.
-Mamá, ya llegaron.
La pequeña castaña de coletas perfectas bajó del taburete de la ventana para correr directo a la puerta, sus brazos cortos intentaron alcanzar la perilla de la puerta, se alzó en puntillas, su brazo se estiró lo menor hasta dar puntas casi perfectas y la lengua sobresalía por la comisura de su boca por es esfuerzo recalcado.
-Mami, no puedo, ayúdame.
Pidió sin voltear o desistir por completo, la terquedad le asedió. Jisoo que con una sonrisa enternecida, ganó la batalla al tomar el pomo, girarlo y abrir por fin. Ni gracias o adiós, Jenny salió corriendo torpemente con la intención de llegar hasta el auto y quiénes estaban allí.
Las puertas del Mustang se cerraron, ambos adultos salieron de allí al terminar de cerciorar el interior. Taehyung estaba a pasos afuera cargando en su espalda una mochila, resguardante de sus más grandes tesoros encontrados en el viaje, a su lado iba Jimin quien al contrario, solo traía consigo una piedra común y cotidiana. Hablaban de sus cosas, recordaban el perro viejo huyendo con el trozo de carne de Tae y por supuesto que extrañaban a la abuela cariñosa y los amigos.
Cuando Jisoo llegó de la mano de la castaña a quien le igualó el paso zancadas después, la niña quiso sacarse del agarre de su madre. Pronto lo hizo y corrió hacia los pequeños parlanchines.
-Hola Taetae.
Su sonrisa de dientes chiquititos y derechos en hilera los recibió con emoción.
Taehyung le devolvió el saludo así como Jimin, tal parecía que el incidente de hace días con las muñecas y el castigo no hubiera pasado jamás.
Cosas de niños ¿verdad?... Cosas de niños.
-Bueno ya nos tenemos que ir- informó Harin, su esposo permanecía a su lado en silencio.
-¿Pero cómo? No por favor, quédense a cenar con nosotros, es lo menos que puedo hacer luego de llevarse con ustedes a Jimin.
Tras las insistencia de la castaña, Harin y Minhe terminaron por ceder. La mesa fue puesta por Harin con ayuda de Taehyung y Jimin que acomodaban los cubiertos mientras la comida terminaba de salir con expectante olor. Hace unos minutos había llegado Woonguk a casa, este no se esperó encontrar visitas pero le fue agradable conversar con Minhe sobre cosas que a Jenny realmente no le interesaban por lo que su distracción se concentró en jugar con el gato cascarrabias de la casa, tenía tantos años encima que las fuerzas para alejarse de la pequeña era carente, prefería dormir y verle con ojos fastidiados.
-Señores- la voz fuerte de Harin llamó a los hombres en la sala-, la cena está lista, hora de comer.
-Vamos- se levantó Woon, seguido le siguió el más alto, cuando llegaron al comedor, se sentó en a la cabecera cómo era acostumbrado, marcando el poderío-. ¿Y los niños?
-Jugando, voy por ellos. ¿Podrías encargarte del resto Harin?
-Claro linda, yo lo hago, ah, y si Tae se niega a bajar dile que le castigaré.
La castaña desapareció rumbo al segundo piso. Minhe había pasado al baño antes de estar todos cómodos en el comedor, nunca antes había conocido la casa Park y ahora que lo hacía, no estaba tan sorprendido, todo era grande pero viejo y con a corrientes de aire constantes que le causaban escalofríos repentinos.
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DOLLHOUSE YOONMIN
FanfictionLa familia Park se muda a su nueva casa, una que la tía tétrica les a dejado al morir y una pequeña fortuna que les alivia el alma. Pero aquella casa guarda más secretos de los que se imaginan y quizás, solo quizás, no sean los únicos habitantes en...