Desde el día en que Taehyung y Jimin hablaron y se pudieron entender en una manera especial y única, la amistad dió raíces entre ambos, aquellos niños risueños se volvían inseparables y a pesar que en clases no estuvieran juntos en un principio, fue tanta la insistencia por estarlo que Jimin terminó de cambio en el aula de Tae. Como si eso fuera poco, había tardes y fines de semana en que eran especialmente para ellos.
La piscina inflable había sido sacada y preparada en el medio del enorme patio de la casa. El clima había dado buen día y las familias Kim y Park estaban reunidas en la casona de los últimos.
-Mamá ya quiero ir- Taehyung movía las piernas en un flexionar desesperado, el agua le llamaba y su madre le detenía por el bloqueado que le untaba-, quiero ir...
-Ya ya, niño desesperado.
Y como si hubiera soltado la cuerda a un toro enmarañado, salió corriendo con una gran sonrisa a la piscina que habían puesto cerca del gran árbol. Allí mismo ya se encontraba Jimin quien al igual que el castaño, tenía unos shorts y camiseta de licra con manga corta que les protegería del sol. Los chapoteos eran incesantes y las risas también.
Jenny estaba en el entarimado de asado jugando con fascinación con sus muñecas y de vez en vez volteaba a ver a los dos niños que cada que aventaban agua al golpearla con sus manos, suplicaba por acompañarlo sin embargo la gripe que se cargaba estos días era la excusa perfecta para las negativas de Jisoo, no le quedaba más que sentirse mal para luego olvidar sus tristezas e invadir con sus risitas que cerraban sus ojos justo como se cerraban los de Jimin cuando también reía.
-Vamos por juguetes.
Taehyung propuso con un hablar menos rápido para mayor entendiendo de Jimin, el pelinegro asintió parándose y saliendo de la alberca encaminado a la casa para su cometido.
Harin, la madre de Tae, gritó para saber a dónde iban esos diablillos incontrolables, fue su hijo quien le contestó sin siquiera detenerse, quiso pararlos alegando el desastre que harían con el agua que escurría de sus ropas, sin embargo Jisoo la detuvo.
-Tranquilo, dejalos.
-Pero dejarán charcos por todos lados- siguió contradiciendo.
-No te preocupes, luego ponemos a Woonguk a secar la casa.
Ambas rieron en complicidad. No tenían mucho de conocerte pero les agradaba está relación nueva que se formaba a la par de sus hijos. Sobre todo Jisoo, que no se caracterizaba por ser alguien muy social y ahora más que habían decidido que ella ya no trabajaría con su esposo en el consultorio dental, no hubo peleas es cierto pero no estuvo tan de acuerdo, dejar de trabajar así de la nada le traía más tiempo para sí y también mas tareas en casa y con los hijos.
No objetó más para no entrar en disputas innecesarias y en su saco de silencios se guardo otro.
Al final quería ser una buena madre y esposa y los sacrificios siempre serían opciones para los padres. Si su esposo se sacrificaría trabajando el doble ella le apoyaría con la familia.Los infantes regresaron dando velocidad a sus pies, corrían con las manos llenas de juguetes, la piscina los volvió a alojar y ahora los juguetes flotaban con ellos.
-Me encanta ver a Minnie así- sopeso Jisoo-. Antes me preocupaba mucho, era duro verlo solo y excluido de todo por su sordera. Llegué a llorar en mi habitación cuando lo veía llegar de la escuela sin ganas, con pesar, sabiendo que pasaban cosas y no quería decirmelas para no preocuparme.
Un suspiro salió de sus labios. Harin se mantenía sentada en silencio escuchando el desahogo que sabía necesitaba desalojar de su cuerpo y para calmar la ansiedad, bailaba un cigarro sin prender entre su mano izquierda. Ella también era madre y aunque no sabe lo que es tratar con una discapacidad si sabe lo que es preocuparse por el bienestar y la felicidad de un hijo.
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DOLLHOUSE YOONMIN
FanfictionLa familia Park se muda a su nueva casa, una que la tía tétrica les a dejado al morir y una pequeña fortuna que les alivia el alma. Pero aquella casa guarda más secretos de los que se imaginan y quizás, solo quizás, no sean los únicos habitantes en...