YOONGI

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Había pasado el tiempo suficiente como para establecer una rutina en familia. Jimin iba al kinder toda la mañana y llegaba a casa poco después de las doce, Jenny andaba por toda la casa, saltando, corriendo y viendo televisión a ratos, pronto entraría también a la escuela con su hermano pero mientras era la compañía de su madre quien aún no regresaba al trabajo, Jisoo se había mantenido pendiente de las necesidades del hogar y los niños mientras lo poco que faltaba resolver, irónicamente, se resolvía y pues Woonguk, aquel hombre cariñoso y despistado, mantenía el local familiar a flote, las remodelaciones que gracias a la venta de algunas antigüedades encontradas en el sótano se pudieron costear. Las idas y venidas le traían tan cansado que al llegar a su hogar lo primero que hacía era caer rendido en el sillón.

Tan pronto como su cuerpo sentía el esponjoso relleno del mueble y su espalda se encorvaba derrotado, no duraba por mucho en el paraíso del descanso para entrar a la intrépida aventura de tener a dos niños traviesos e imparables sobre suyo.

-Papi.

-Mi princesa hermosa- sus brazos alzaron el cuerpecito de su hija para ponerla en su regazo.

Poco después no tardó en llegar un revoltoso más a sumar peso y una buena sacudida que le sacó el aire.

Woonguk se quejó pero no dejó de sonreír nunca, con su mano libre señaló 'No respiro' y a Jimin se le escapaba una risa divertida. Con mejor modo, su padre los acomodó sobre él, el beso en cada mejilla no podía faltar y un abrazo acogedor haace a los niños sentirse queridos.

-Papá no, tu barba pica- trataba de hacerle entender con duras penas pues su cuerpo estaba aprisionado en el de su padre y sus manos con dificultad se movian.

Quejiditos insonoros para Jimin salieron de su boca en protesta pero sus risas mudas le hicieron segunda. Era tan fastidioso como su papá siempre le molestaba con eso y le restregaba aún más la barbilla espinosa en su cabeza, mejillas y cuello, molesto y gracioso, le daba tanta diversión como a pesar de sus protestas seguía jugueteando.

Las cosquillas en la pancita de Jenny y en Jimin hizo todo un caos de risas y pataleos que resonaron por doquier, por fin se podía decir que esa escalofriante y fría casa se volvió cálida y hogareña.

-Minnie- habló sabiendo que no le escucharía, paró el ataque cosquilloso e hizo que su hijo le prestara atención-. ¿Sigues con ese feo muñeco?

Al pequeño pelinegro no le pareció lo dicho, su nariz arrugada decía todo.
Por instinto se aferró más al muñeco como si alguien quisiera arrebatarselo.

-No es feo- un pequeño pucherito englobó sus rojizos labios-, es mi amigo, se llama Yoongi y vive en la casa de muñecas.

Con sorpresa las cejas del hombre se alzaron, Jenny se acomodaba mejor en su pecho con el propósito de dormir muy a gusto.

Iba a alegar pero la voz de su querida esposa interrumpió la interesante conversación.

-La comida está lista... A lavarse las manos y sentarse.

-Las manos- Guk informó a Jimin quien junto a su hermana, se bajaron y corrieron al baño, claro, sin dejar a 'Yoongi'.

Jisoo con el mandil sobre su lindo vestido, se acercó con coquetería hacía su esposo quién le miraba con una sonrisa igual de traviesa, sus brazos se alzaron hacía ella dejandose caer en poder de Woonguk y disfrutando de los fuertes brazos que le rodearon,  se sujetó del cuello de su marido delicadamente y una mirada perfecta para atreverse a jugar con su belleza le predominó.

-Y... ¿Está cansado señor sensual?

Con una resonante risa echó la cabeza para atrás. Sus oscuros ojos le miraron de nuevo.

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