PEQUEÑAS DISCUSIONES

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Dedicado a yooniegoldensg

[Este capítulo está escrito en tiempo presente a diferencia de los anteriores con alevosía. Se rompe el patrón de tiempo narrativo pero no la trama, así que no interfiere.]

Habitual, cotidiano.
La tarde cae en los juegos de los niños, la casa anfitriona era la de los Kim dónde Harin aparentemente los vigila desde la cocina, — simplificamos el 'aparentemente' porque dar vistazos cada tanto no es la mejor connotación—, una de sus excusas más que justa se debe a qué si bien su hijo es un torbellino de energías al igual que Jimin, hacían buena mancuerna para estabilizar y sosegar esa euforia mal dirigida a solas. No puede quejarse del pequeño Park, como se dijo, encantador.


Entre risas, subidas y bajadas, parece que luego de una incesante hora de juegos, el aburrimiento ha sido invocado sin permiso y ahora ambos niños descansan en el piso de la sala, los autos y las caricaturas en la televisión ya no les son suficientes.

Con un enorme suspiro en demasia exagerado, Tae se muestra desesperado.

-Estoy aburrido- hace saber lo evidente.

Asintiendo responde en acuerdo instantáneo.

-Yo también.

La inactividad vuelve a prevalecer, sus miradas recaen por un minuto más en esa repetitiva caricatura que para nada les gusta pero por el contrario a lo que sus acciones muestran, sus mentes desentonan con su tranquilidad. Ideas rondaban como guillotinas hambrientas de sangre.

-Jiminie- le llama con repicoteos-. ¿Qué tal si jugamos con tu dinosaurio que ruge?

Ante el recuerdo del reciente regalo, Tae propone lo que a Jimin le parece una excelente idea, sus ojos se iluminan.

-Vamos por él.

-Primero hay que pedirle permiso a mamá o se enojara con nosotros.

-No te dará dulces- su sonrisa traviesa surca sus labios y esos ojos avellanas, desaparecen en lunas menguantes.

-Mamá es una pesada.

Los grandes ojos de Jimin vuelven a ser lunas llenas sorprendidas por lo que su amigo dice, si lo cachaba Harin, más que dulces, serían los permisos de salir lo que le quitará.

-No digas eso- sus manos son lo más contundentes.

-Tranquilo, ella aún no sabe bien de señas, yo le enseño- se pavonea.

-Y yo a tí.

El castaño asiente, Jimin tiene gran paciencia para educar a Taehyung en el lenguaje de señas y Taehyung tiene gran pasión por aprender. Es un acuerdo mutuo implícito y las consecuencias de los esfuerzos se ven reflejadas en esos momentos dónde con mayor fluidez y agilidad pueden entablar conversación sin necesidad de libretas de por medio, a menos que algo más profundo se tuviera que decir, pero son niños, los niños no saben de cosas profundas y serías.

A correteadas llegan a la cocina donde Harin cocina la cena, la mano que sostiene el mango del sartén reafirmaba a la par un cigarro, quedase poco más de la mitad. Probablemente era insensatez porque entendida de saber que no era lo más seguro, ignora las advertencias de su cabeza para seguir fumando entre tiempos como suele hacer.

Pisadas acolchadas se suben sobre la música jazz de fondo que acapara la cocina, Harin los escucha pero no deja de hacer lo suyo, mientras espera a que los niños lleguen hasta ella, da una calada más al cigarrillo y luego lo apaga contra el fregadero.

DOLLHOUSE YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora