ANNE
—Te dije que no me iba a rendir tan rápido.
Levanta la vista del vaso que lleva en las manos. Creo que intenta pasar de incógnito, lleva una gorra negra y una bufanda que le cubre hasta la nariz; aparte de su vestimenta negra y frondosa.
—Mañana tienes juego ¿qué haces aquí?— Me pego a la orilla de su mesa y me inclino. Parece que le brillan los ojos al hacerle saber que estoy consciente de que mañana es un día importante.
—No lo olvidaste. Si me descubren puede que me multen y posiblemente no juegue de titular al principio.
Vuelve a subir su bufanda hasta su nariz.
—Dile que si Anne— el hombre a su lado habla, abro los ojos en grande y me llevo las manos a la boca al ver a su amigo de travesía e irreconocible... Zack Lenox. Lo había visto en persona pero nunca cruzado palabras con él —. Créeme que hemos burlado toda nuestra seguridad para poder escuchar ese Sí.
Ahogo un jadeo, no me lo puedo creer. Un ligero escalofrío me recorre dejándome expuesta antes los dos, nerviosismo y éxtasis.
—Tiene razón, fue toda una aventura salir del hotel— abro y cierro la boca ante la confirmación de Liam.
—Podríamos culparte por si el rendimiento físico de Liam baja el día de mañana, y sobre todo si no anota gol.
Reprimo una risa nervisa. —No te vas a rendir ¿cierto?
—Jamás...
Suspiro y me vuelvo a enderezar girando el cuello esperando que nadie nos este observando y ellos no sean descubiertos, Gazz me mira a lo lejos y sonríe con sorna, creo que ya he descubierto quien fue él que me vendió.
—Anne...
Parece que tengo un reloj en mi cabeza, escucho el tik-tak, tik-tak. Necesitan irse a la concentración o tendrán muchos problemas.
—Si— suspiro y parece que salta de su silla, rodea la mensa para detenerse frente a mi.
Pese a la oscuridad lo miro a los ojos, me lleno de su azul cielo provocando un rubor por todo mi rostro.
Esto es un maldito sueño.
Apoya sus manos en mis brazos y siento que quiero arrojarme en su pecho como una loca fanática, pero soy fuerte y me contengo. Hace un intento como si quisiera cortar la distancia pero el carraspeo de Zack hace que solo sus dedos acaricien mis brazos.
—Regresa con bien a casa— toma mi mano y besa el dorso dejándome con la mandíbula dislocada, Zack oculta su sonrisa con la bufanda, pero me guiña un ojo antes de seguirlo. Huyen como dos locos rumbo a la salida.
Me froto la frente a la vez que comienzo a reírme.
—¿Pagaron su cuenta?— pregunto al hombre que se a puesto a mi lado.
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CHAMPION (EN PAUSA)
RomanceCuando somos capaces de conocernos a nosotros mismos, rara vez nos equivocamos sobre nuestro destino. ©Todos los derechos reservados