No quiero parecer fría ni distante, Liam acaba de bajar de un avión y vino a verme, no puedo parecer indiferente, nunca me lo perdonaría.
Puedo brindarle mi amistad, puedo darle mi apoyo pero como ¿podría darle algo más?
Mi relación anterior fue tan tormentosa que padezco de tantas secuelas y miedo que presiento que si doy ese paso a arriesgarme, terminaría botándolo y herida.
—Perdona no quise parecer—pinta una preciosa sonrisa que me hace temblar las rodillas. —¿Fueron largas las dos semanas?
Baja su gorro rojo que cubre todo su cabello castaño claro y da un paso tan largo que puedo sentir su calor —No tienes una idea, todo se me vino encima, los juegos, las entrevistas, los entrenamientos. Lejos de esta ciudad...
Un destello de un auto a los lejos nos ilumina y me pierdo en el azul aqua de sus ojos,
—¿Leo?
Baja la mirada a sus pies —No a sido fácil, creí que a inicio de esta semana todo mejoraría pero sigue siendo tan intermitente.
Cuando estaba en su viaje Liam me había enviado mensajes contándome un poco de la relación que mantiene con la madre de su hijo, Francesca una famosa modelo italiana. Atesore esos mensajes porque él estaba confiando en mi al decirme todo ello.
—Lamento escuchar eso.
Niega con rapidez, balbucea algo que no comprendo y cambia por completo su rostro de frustración a algo más tranquilo —¿Cómo te fue? ¿Haz pensado en mi propuesta para una segunda cena?
—Ujum— ¿qué respuesta es esa?—, digo, si. No creo que sea bueno seguir viéndonos. Podemos seguir siendo amigos.
—No quiero solo tu amistad.
Los dos nos quedamos perplejos por sus palabras, parece que el vomito verbal salio disparado. —Es lo que puedo ofrecerte Liam.
—¿Por el momento?— asiento— ¿puede que cambies de idea si me conoces un poco más y te des cuenta que no soy solo un hombre superficial y famoso?
—No eres eso, me lo haz demostrado—reprocho.
—¿Eso es un si? —sonrío por su insistencia.
—Esta bien.
Su mano acuna mi mejilla, las mariposas revolotean por todo mi estomago. Quiero apartarlo pero mi cuerpo se niega a reaccionar una vez más.
—Por favor no me llames amigo, porque me sentiré como si me tuvieras en la zona de amigos y no voy a ser uno de ellos. Me lo demostraste cuando correspondiste ese beso esa noche.
—Liam.
El delicioso olor de su fragancia inunda mis fosas nasales y una fuerte racha de calor me llena por completo cuando da el paso que nos faltaba, para dejar un beso dulce en mi frente, cierro los ojos por instinto disfrutando esa calidez.
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CHAMPION (EN PAUSA)
RomanceCuando somos capaces de conocernos a nosotros mismos, rara vez nos equivocamos sobre nuestro destino. ©Todos los derechos reservados