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Me siento bonita, perfecta. La confianza la siento en la piel. Mi suerte ha cambiado. Un vestido rojo fue la mejor elección, con lineas y pliegues que abrazan mi cuerpo. Fui tentada a recoger mi cabello pero una vez que lo dejaron suelto me enamore.
El recuento de las últimas semanas pasa en mi cabeza mientras bebo esta deliciosa copa de champagne.
La despedida corta de Chester, las palabras de mis dos ex jefes. Las lágrimas que compartí con las que son mis ex compañeras. La pequeña mudanza que hemos hecho en partes y los nervios porque este viernes entrego al fin las llaves del lugar que ocupaba. Todo va como viento en popa y ha salido de lo mejor que esperaba.
Hoy y mañana serán las últimas noches de Richard en Chester, en lo que trabajamos con el proyecto estará trabajando para papá.
Lenny está comprando muebles para su nueva habitación y ya me ha ayudado a diseñar el pequeño cuarto que será de Emma. Y le agregamos que el amigo de Lenny estará en la ciudad para presentarnos los departamentos que desea que re-modelemos.
Alguien se aclara la garganta a mi lado y levanto la vista para encontrarme con un hombre conocido. Muy famoso en el área del deporte.
—Buenas noches, señorita— levanta su trago para mi.
—Buenas noches.
Le dedico una falsa sonrisa. Es alto y sus facciones son marcadas por unas cejas muy pobladas, dejando entre ver sus ojos marrón. Parece simpático por su bella sonrisa pero el hecho de saber su profesión me provoca inquietud.
Extiende algo rompiendo mi espacio personal. Una tarjeta de presentación. —Gerard Basset, periodista en el mejor canal de deportes. Escritor para The National y con un canal de youtube con mas de un millón de suscriptores.
—Nora Philiphs. Un gusto— cojo la tarjeta y toma con suavidad mis dedos en forma de saludo.
Demonios ¿Y ahora que hago?
—Se ha robado todas las miradas esta noche.
Mi copa queda en camino a mis labios y hablo con orgullo —: Creo que como todas las mujeres hermosas que nos encontramos en este evento, señor Basset.
—¡Oh por favor! Llámame Gerard y le aseguro que no— se mueve junto a su banquillo para estar mas cerca y apoya su brazo sobre la barra. Acción que me irrita. —La estrella del equipo acompañado de una preciosa mujer, no todos los días se ve.
—Es una noche especial— doy un sorbo.
—Tú la haz hecho mas...
—¡Lárgate Basset!— una voz ronca hace que se enderece. —No está interesada en decirte nada, mucho menos tenerte a su lado. Lárgate a tu mesa, o a hablar con los directivos porque para eso estas aquí, no para acosar a nuestros invitados.
