3.-PÁNICO

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Un ataque de pánico esta ahí para recordarme que no debo olvidarme de mí

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Un ataque de pánico esta ahí para recordarme que no debo olvidarme de mí...

No reaccione. No hice nada, no pude actuar ni golpearlo, me quede perpleja ante su cercanía, me entro el pánico, el miedo, el terror...

¡Dios! Como quería empujarlo y golpearlo. Gritarle que se fuera al diablo y hacer que lo botarán del lugar, pero me quede sin aliento, sino fuese por todos ellos, me hubiese vuelto a ver vulnerable.

No quiero ser una víctima. No volveré a serlo.

Suelto un largo suspiro en camino a mi trabajo de los Viernes, mi tercera casa desde hace más de 7 semanas. Mientras manejo recuerdo muy clara la pregunta de mi psicóloga Danielle.

¿Cómo vas a trabajar eso Anne?

Voy a afrontarlo cada día. Quiero salir al mundo con la valentía y el coraje que cargaba antes. Quiero vivir sin el miedo constante a no esperar lo peor de las personas. Quiero confiar en mí de nuevo. Extraño a la vieja Anne que sonreía y era fuerte, antes de que todo se fuese a la basura.

Los días entre semana recurrieron como lo normal. Tengo una rutina muy marcada, lunes a viernes todo el día estoy en Apice, viernes y sábados por las noches paso en Chester y los domingos por las mañanas las visitas dominicales de los abuelos a Emma en casa de mis padres.

Fue parte del trato, no los quería en mi casa pero tenía que ser en un lugar donde ella se sintiera en confianza y siempre estuviera vigilada, la respuesta fue clara, el mejor lugar fue la casa donde crecí.

Siempre soy recibida por el mismo hombre enorme —Buenas noches pequeña —. Mi apodo en Chester por ser la menor de todos.

Me preparo lista para recibir a los comensales, deseando que no vuelva a presentarse algo parecido a la semana pasada.

Alex me manda llamar, es el segundo al mando después de Richard.

—Estuvimos hablando ayer con Tony, a partir de este fin de semana las mujeres se van a quedar en áreas cercanas a la barra, no queremos dejarlas vulnerables para cualquier idiota que se lo proponga.

—Me parece bien, solo que me entra el pendiente en el que si me equivoco me van a reprender mas rápido —. Le saco la lengua.

—Yo te cubro del gruñón de la barra —. Me guiña un ojo y voy a la computadora a recoger todas mis cosas e iniciar con el turno.

No todas las mesas se han llenado esta noche, por lo que se espera una noche demasiado tranquila de lo normal.

—¡Anne!

—¿Dime? — Alzo la vista a Miriam que se asoma por la puerta de la cocina, lleva en la mano el teléfono de Chester.

—¿Conoces a una tal Valerian Watson? — Lee un papel de su mano.

CHAMPION (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora