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CHAPTER FOUR aemond targaryen x femreader!
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La oscuridad de la celda era acogedora. Airella jamás temió de lo que podría haber entre las sombras, siempre se sintió cómoda en la vasta soledad de la noche, rodeada por nada más que la oscuridad.
En esos momentos, no era diferente. Se sentía cómoda y tranquila, de tal modo que causaba escalofríos en los guardias que solían visitarla, viéndola negarse a comer y sólo en paz, sin exigir por su libertad. Después de todo, Aegon la tomó prisionera tras haber derrocado a Rhaenys y Meleys, aprovechando la situación para llevarse a la futura heredera del Trono. La primogénita de Rhaenyra y Laenor Velaryon.
La guerra se desató durante una tormenta que acabó azotando sin piedad en Bastión de Tormentas, había comenzado como una simple lluvia, hasta que los rayos y truenos hicieron aparición. En ese mismo día, Lucerys moriría en manos de Aemond y Vhagar.
Dolor, furia.
Podría gritar y pedir la cabeza de su tío favorito, porque después de todo, Airella perdió la cuenta de todas las veces que se acostó y escapó con él. Aún a sabiendas de que su madre perdería la cabeza, aún a sabiendas de que él siempre supo lo que sucedería tras la muerte de Viserys, su abuelo. El hombre que le prometió que los Siete Reinos serían de ella, el que le dijo que de ella vendría el príncipe que fue prometido.
Airella había sido la única entre sus hermanos en haber nacido con los genes de la vieja Valyria, heredando la belleza de Rhaenyra y de la madre de ésta, Aemma. Ojos tan profundos violáceos, cabello rubio platino y una piel tan blanca que parecía de porcelana. Su belleza era tanta, que el Reino pronto comenzó a adorarla y rezar en su nombre. La querían, la adoraban y por sobre todas las cosas, la aceptaron como la próxima heredera tras Rhaenyra.
Era más que suficiente para ser tomada como rehén, Alicent la tenía dentro de la lista de sus peores enemigos. Rhaenyra encabezaba la lista, y Airella estaba tercera, justo después de su tío Daemon.
Durante tantas noches dentro de la celda, perdió la cuenta de cuántos días estuvo ahí, pero no le importaba, sabía lo que se venía, sabía que si Aegon la mataba, del cielo caerían todos los dragones, que el mismísimo Daemon vendrá personalmente a acabarlos a todos. Acompañado por su madre en Syrax, sus hijas, y los hermanos de Airella. Entendía que si ponían una mano sobre ella, pronto King 's Landing se vería sumido en las llamas y no habría nada, ni quiénes, para gobernar.
Su dragón había conseguido escapar antes de que ella fuera tomada prisionera y agradeció a los Dioses porque haya sido así.
La puerta de la celda se abrió, haciéndola suspirar con cansancio.