{ 12 }

185 23 230
                                    

El cerebro de Luke había sido completamente drenado.

La semana de exámenes había acabado por completo con cualquier neurona útil en si cabeza, dejando su cerebro como alguna maza moldeable sin propósito. Sin contar con, toda la energía que había desaparecido de su cuerpo.

Había pasado más horas sin dormir de la habitual, con grandes cantidades de cafeína en su cuerpo que eran lo único que evitaba que no se quedara dormido (de nuevo) encima de sus hojas de exámenes. Y, puede que, una de las razones para que eso pasara tuviera que ver con el gran estrés que le causaban las evaluaciones, o cualquier actividad académica que fuera a perjudicar su perfecto promedio. Pero, otra, y la más importante, era Michael.

Había estado estudiando con él la semana pasada, intentando hacerlo memorizar cada fecha histórica, fórmula matemática y hueso del cuerpo humano, con la esperanza de que eso puedo ayudarlo. Pero, eso no sería algo que pudiera saber hasta hoy.

Una parte de las notas serían entregadas el día de hoy, y Michael solo necesitaba mínimo una C o B- para poder salvar su promedio y a él mismo de la escuela de verano, o desaprobar el año. Estaba nervioso, especialmente porque no había hablado con el teñido desde la semana pasada, en la cual pasaron casi la mayor parte del tiempo estudiando en su habitación.

Realmente esperaba que a Michael le fuera a ir bien. Porque, en primera, odiaría ver la decepción en el rostro de él si es que las cosas no salieron bien. En segunda, odiaría lo que llegaría a ocasionar en su disfuncional hogar.

La segunda era la principal razón por la que no fue capaz de siquiera cerrar los ojos la noche anterior.

Ahora mismo, se encontraba apoyado en su auto, mientras veía a las personas salir por la puerta principal de la escuela, sintiendo sus manos sudar y ansías recorrer su cuerpo. Michael le había escrito para decirle que lo esperara en el estacionamiento para decirle el resultado de sus primeros exámenes en personas, y estaba demasiado nervioso.

Ni siquiera había estado tan nervioso por sus propios exámenes. Es decir, puede que una gran parte suya supiera que iba a aprobar, pero de todas formas, las posibilidades de no hacer existían debido a la poca atención que estuvo poniendo en clases y las horas de sueño que estuvo recuperando en estas.

Necesitaba comenzar a arreglar su horario de sueño.

Unos pasos acercándose en su dirección hicieron que rápidamente levantara la mirada de sus uñas doradas, mientras sentía su corazón acelerarse. Luego, antes de que fuera capaz de levantar la mirada, unos brazos lo estaban rodeando, haciendo que su cuerpo se tambaleara levemente.

Le tomó unos segundos a su cerebro procesar lo que estaba pasando hasta que sus fosas nasales captaron el conocido aroma a tabaco de canela y suavizante de ropa, para que luego su campo de visión fuera invadido por unos mechones rubios con extremos negros.

Era Michael.

Él había corrido hacia sus brazos, tomándolo completamente desprevenido. Podía sentir su corazón retumbando bajo su pecho demasiado rápido, mientras todavía intentaba comprender la razón para esto; para que Michael estuviera colgándose a su cuerpo como alguna clase de koala, en público. En el estacionamiento de la escuela, donde cualquier persona podría verlo.

Pero, luego sus brazos lo estaban rodeando por su delgada cintura sin cuestionar sus acciones. Porque, una parte suya sabía perfectamente que esta era una oportunidad que no podría volver a pasar en toda su vida. Sujetar a Michael, sin que a él le importara lo que los demás pudieran pensar por ese constante miedo que le fue transmitido desde que era niño.

Y, se sentía mejor de lo que pudo haber imaginado. Era como sostener una porción de su corazón.

—¡Aprobé! —fueron las primeras palabras de Michael contra su oído, sin parecer importar lo cerca que se encontraba de sus tímpanos. Tampoco le importó, porque él sonaba tan feliz que era imposible no estarlo también.

Waiting for us { Muke }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora