La chica de largos cabellos castaños abrió los ojos esa mañana, era todo silencioso, enfocó sus ojos mejor cuando su sueño se lo permitió, estaba en un enorme cuarto.La cama era cómoda y tenía bastas almohadas en plumas. A un lado yacía una amplia cacerola en metal que contenía agua en ella y algunos paños húmedos a un lado.
Tomó asiento aún agotada, cansada, dolorida.
Palpó su cabeza y notó una venda sobre ella, entendió el porque le dolía tanto.
Se sentía aturdida, cansada. Su garganta estaba seca, consiguió algo de agua a un lado y luego de tomarla el sueño volvió a tomarla.
Minutos después entró quien la estuvo cuidando, un alto, musculoso y ermitaño joven de unos 28 años, frunció su ceño al notar el vaso de agua ahora vacío sobre la mesa a un lado de la cama.
Acabó retirando del cuarto todo lo que había estado usando durante esas dos noches para hacerla despertar, luego fue a la cocina, preparó huevos pato revueltos y pan tostado, un poco de mantequilla, leche con miel y lo llevó todo en una bandeja junto con una pequeña nota.
Luego regresó donde lograría esconderse hasta que la chica se marchara, pues este no se permitiría dejar verse de ella.
Cambió sus propias vendas saliendo de él un gemido de dolor al rozar la herida tan reciente, tenía los colmillos del puma incrustados alrededor de su brazo y algunas quemaduras por su lucha.
Curó según pudo y volvió a vendar torpemente ya que era su mano derecha la que había sufrido el daño.
Esperaba que la joven que había rescatado se fuera pronto.
*
Horas después cuando el alba había alcanzado su punto máximo la chica volvió en si, repitió su proceso nuevamente notando ahora una bandeja con algo de comida y lo que parecía se una carta.
La joven tomó asiento y su estómago rugió con fuerza, así que acercó la bandeja a si misma y tomó algo de leche, estaba frío, lo que parecía tenía horas ahí.
Cuando acabó con todo lo de su plato y sorprendiéndose de que lo hiciera pues no se le permitía probar más que bocados, atrajo la carta entre sus manos, notó que no eran más que unas cuantas líneas en una fina y delicada caligrafía.
Si está leyendo estas líneas es porque despertó, hágame saber mediante este papel cuando partirá, debe irse lo antes posible y no mirar atrás. Tampoco comentar a alguien sobre esta casa.
K.N.Leyó y releyó la nota a sabiendas de que en efecto, quien la hospedaba la echaba del lugar.
No podía irse
¿A donde?
No conocía el reino al que su hermano le había dicho los acogerían, él estaba muerto ahora, quizás también su padre.
Moriría sin iba allá
Notó el lápiz que descansaba en la bandeja y decidió mentir
Mi señor, agradezco su hospitalidad. Agradezco salvar mi vida de tan horrorosa criatura. Lamento incomodarle, y sepa que si en mí estaría la capacidad de irme lo haría. Pues en estos momentos solo mi nombre puedo recordar, el golpe a mi cabeza ha afectado más de lo que es sano para mi, espero no abusar al pedirle más hospitalidad mientras me recupero, con ruego y agradecimiento
DianaSi el infierno existía la joven princesa juró ganárselo justo en ese momento, pues más que abusar de la hospitalidad del caballero y dama propietarios de esa lujosa mansión (porque juraba que era una, con tal habitación en la que se hallaba ¿como no?), estaba mintiéndoles, pues mentía descaradamente en la cara.
Bueno, en papel
Se puso de pie y colocó la bandeja tras la puerta, solo observó un amplio y solitario pasillo que la hizo estremecer y luego regresó a la calidez del cuarto donde se hallaba anteriormente.
Husmeó entre los cajones y armarios no encontrando algo, parecía que la amplia y limpia habitación no pertenecía a alguien.
Lo que sí halló fue un amplio espejo que dejó ver sus fachas, piel rasguñada, labios resecos y partidos por las fiebres y mirada perdida, ropa sucia y rota.
Suspiró, se sentía sucia pero no podía bañarse para ponerse la misma ropa, tampoco había una bañera dentro del cuarto, así que debía esperar a que los dueños de la casa aceptaran su pedido o que la echaran al fin por su descaro.
Esperó lo que para ella fueron eternidades y cuando su estómago le suplicaba otro bocado escuchó la puerta ser tocada se puso de pie como resorte.
Aún con la rapidez con la que abrió no encontró a quien había tocado, solo estaba una bandeja aún más grande y repleta que la anterior con una nota doblada.
Había carne, arroz, verduras y un pequeño trozo de torta.
Tomó asiento en la cama y se llevó una amplia cucharada a la boca para luego leer su respuesta.
Lamento lo de su cabeza y memoria, pero ha de entender que no puedo brindarle cobijo durante mucho tiempo, aún así, le ofrezco algunos días. En los cuales deberá cumplir con algunos requerimientos.
*No salir del cuarto
*No comentar con alguien sobre esta casa una ves esté fuera
*No extenderse más de 10 díasSin más me despido, deje la bandeja donde antes junto con su respuesta
K.N.La chica continuó atragantándose con comida y cuando alcanzó a comerlo todo dejó su nota junto con lo usado tras la puerta.
Quien se encargó de recogerla sonrió al ver lo que ella creía
Señor y señora, gracias por su hospitalidad. Cumpliré con cada pauta y honraré su petición de marcharme dentro de 10 días. No me quejo, Dios perdone si lo hago, pero no existe baño dentro de tan maravilloso cuarto, y para cumplir con sus requerimientos me veré en la penosa situación de no realizar mis necesidades dentro de tanto. Tampoco tengo algo de ropa con la que pueda conformarme, disculpe mi insolencia pero si le fuera posible prestarme ropa de alguna de sus doncellas lo tendría con aún más agradecimiento, con mis más altas gracias
DianaLo pensó unos minutos y rebuscó en su cabeza, quizás algunos de los vestidos de su madre le quedaría, no había nada más de alguna fémina en alguna de las habitaciones así que no tenía más opción.
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La Princesa y El Dragón
FantasiTodo de ellos era un misterio, estaban ahí. Pero ¿cuántos eran?¿era cierto alguna cosa de las que se creía de ellos?¿de verdad estaba habitada esa enorme casa que se alcanzaba a ver a las lejanías del pueblo? Lo más curioso de todo, nunca nadie los...