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Jin.

No solo es una bruja, es una terrorista.

Ella no entiende que no puede hacer los bocadillos el día de nuestra boda, debe de encargarse solo de verse bonita, estar ansiosa y prepararse para ser la esposa del hombre más guapo de todo el mundo.

Pero ahí está, en la sala, con los brazos cruzados, haciendo rabieta, no la voy a dejar que está vez gane, la dejé elegir los aperitivos pero no la dejaré cocinarlos.

—Si te la pasas en la cocina, ¿Quién estará conmigo en el altar?

—No me hables Jin, sabes que si me puedo organizar, no confías en mis habilidades de chef.

—Inara, me costó dos meses hacer que salieras de tu restaurante para ir a ver el vestido, yo soy el de la agenda apretada y aún así es más difícil encontrar tiempo libre tuyo.

—Quiero que mi boda sea perfecta —se le llenaron los ojos de lágrimas —estoy muy sensible, nunca creí que llegaría este día.

—No llores amor—La abrace y acaricié su cabeza — el dramático soy yo, busquemos una solución.

Y es así como la terrorista de mi prometida, me convenció de que nuestra boda fuera en su restaurante.

No negocien con brujas señores.

No negocien con brujas señores

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Dinner /Libro #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora