⌲┋" É𝑙 𝑛𝑜 𝑔𝑖𝑚𝑒 "┋•° °• ⤿𝑴𝒊𝒍𝒆𝑨𝒑𝒐

12.

—Apo entra.—pidió Mile colgando su teléfono rápidamente para abrirle la puerta del auto a su compañero.

El moreno obedeció pero sin decir nada.

El silencio reino por una milésima de segundos antes de alguno de los dos hablara.

—¿Me vas a decir que mierda pasa?—Nattawin colocó sus codos sobre sus rodillas y en sus manos dejo descansar su rostro cansado.

—Por supuesto, escúchame.

...

Todo empieza cuando nos sentimos insuficientes, todo empieza cuando te sientes reemplazado.

¿Por qué todos si y yo no?

Brenda por primera vez se había enamorado, y sinceramente era el hombre más perfecto que alguna vez hubiera conocido.

Su amistad con Mile había sido desde la niñez, sus padres eran buenos amigos por lo que fue fácil compartir casi todo a su lado.

Quizás fue el abandono de sus padres lo que provocó que su personalidad fuera una narcisista sin empatia.

O quién sabe que habrá sucedido.

La única persona que tenía al lado era su mejor amigo y primer amor, Pakphum.

Fueron a la misma secundaria, y luego a la misma universidad, compartian tardes de pasatiempos juntos la mayoría de veces, y también solían lo  ir de compras o hacer cualquier cosa.

Pero un día todo cambió.

Fue el día en que Mile le confesó que estaba enamorado de una chica.

—Brenda adivina que.

Había llegado Mile luego de una tarde.

—¿Quep?—junto sus labios curiosa mientras pintaba algo para una de sus materias.

—Creo que me gusta alguien.

En el momento en el que el pálido dejo de hablar, Brenda había arruinado su pintura, ya que había apretado con tanta fuerza el pincel que este había escurrido mojando todo el lienzo.

Hasta haciendo un desastre en el piso.

—¿Qué pasa Brenda?

Los ojos cafes del mayor le miraban sin saber bien que sucedía.

—¿Quién?

Su mala actitud no había podido ser disimulada, porque cuando algo te molesta tiendes a ser muy obvio.

—Se llama Kaori, no se de que facultad es, pero tenemos compartimos una clase, hemos estado habland-....

—¿Hace cuánto?—la rabia salió de su boca preguntando con rapidez y casi demandando una respuesta.

—Hace ya como dos, tres meses, no se bien ya.

—¿¡Y por qué no me habías dicho?!

Se altero ella lanzando el pincel lejos manchando la pared de su casa.

—¿Brenda que te sucede? ¿Por qué estás tan histérica?

Mile se soprendio ante la repentina acción tan violenta.

—¿¡Por qué?! ¡Mile tú no tienes porque estar con ella!—se quejo haciendo un berrinche como tal niño de seis años.