14.

1.7K 263 55
                                    

—Es Kaori.

Apo me miró.

Me quedé en blanco y volví a tragarme las palabras.

"En lo que tu desees".

Eso era lo que iba a decir, pero al oír el nombre de ella me quedé sin nada que comentar.

—Apo, ¿Podríamos hablar de ella después? Quiero decir, mis bóxer están sucios.—señale con ambas manos mi entrepierna.

—Oh, tienes razón.—sonrió tímido y dejo su celular a un lado, mientras continuaba buscando ropa.

Podía ver perfectamente la curvatura de su cuerpo, parecía una guitarra, Apo era simplemente perfecto, pensar que hace dos minutos lo tenía debajo mío, susurrandome al oído cosas que sólo me prendían a un más, sin duda fue de las mejores experiencias que había sentido, y ahora parecía un pinguino caminando por todo el cuarto, eso, eso definitivamente me hizo reír un poco.

—¿De que te ríes?—me volteó a mirar.

—Caminas muy gracioso, eso es todo.—confesé poniéndome de pie e imitandolo.

Él se carcajeo, y me contagió de su risa.

—¿Qué esperabas? la humedad del semen no es para nada agradable, y luego de algunos minutos empieza a oler mal, necesito nueva ropa lo más rápido que pueda.—me hablo aún sonriente.—Encontre esto, espero te quede.

Me paso unos calzoncillos blancos algo de ...¿abuelita?

—¿Tú usas esto Apo?—trate de hablar sin burlarme.

—Tras de que te presto ropa ¿Me juzgas ahora?—se cruzó de brazos.—Y no, ya no los uso.

Mordí mis labios hacía adentro, y asentí, okay bien tendria que usar esa cosa.

Luego me dio un pantalón algo ancho, que mirándolo bien parecia que Apo y yo éramos de la misma contextura, quizás el tenía más cintura.

Él se metió primero al baño, y yo espere de pie recostandome en la pared.

Escuche la puerta principal ser abierta.

¿Sus padres habrían llegado?

Me alerte por completo y golpee efusivamente hacía dónde Nattawin estaba.

—¡Apo! ¡Hay alguien en la casa!—murmure, porque no queria que supieran que estábamos juntos, en casa, en su cuarto.

Oh Dios mío.

Traté de ponerle seguro a la puerta pero me lleve la grata sorpresa de que no servía.

—¿Es en serio?—me dije para mi mismo.

¿¡Por qué este chico no salía del baño?!

¿Y si me cambiaba rápidamente?

No, que tal si entraban y me veían desnudo.

¡No!

Piensa Mile, piensa.

La puerta se abrió y no tuve más opción que tirarme boca abajo a la cama y hacerme el dormido.

—¿Nattawin?

Cerré los ojos con fuerza y traté de regular mi respiración, minutos pasaron y no sabía si alguien seguía ahí.

—¿Quién es ese?

Oí susurros.

"Sigue durmiendo Mile, sigue durmiendo" pensé.

El peso de mi cuerpo hacía que mis brazos se durmieran, pues debajo de mi pecho estaba ocultando la ropa interior que me había dado Apo.

—¿¡Mamá!?—la voz de este sonó por toda la habitación.

⌲┋" É𝑙 𝑛𝑜 𝑔𝑖𝑚𝑒 "┋•° °• ⤿𝑴𝒊𝒍𝒆𝑨𝒑𝒐 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora