PRÓLOGO

2.1K 55 6
                                    

CON CARIÑO PARA TODOS LOS CORAZONES ROTOS QUE VIVEN CON EL MIEDO DE VOLVER A CONFIAR, INCLUSIVE EN SI MISMOS.

Mi esposo, el hombre que ha pasado conmigo más de 10 años, el hombre que debería tenerle toda mi confianza y él que debería de ser mi aliado parecía estarse convirtiendo en un completo desconocido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi esposo, el hombre que ha pasado conmigo más de 10 años, el hombre que debería tenerle toda mi confianza y él que debería de ser mi aliado parecía estarse convirtiendo en un completo desconocido...

Entra a pasos lentos al que es mi espacio para pintar, quedando anonadado por la enorme cantidad de pinturas que están recargadas a las paredes desnudas.

—Nunca habías pasado por aquí—soy la primera en romper el silencio—, más bien, nunca habías entrado.

—No quería interrumpirte o ser una distracción.

—¿Distracción? 

Fijo mi mirada en su silueta, Dante mira por varios segundos diferentes obras.

Da un paso a la pintura más especial para mí, tomándola entre sus manos. 

La pinte días después de que salí del hospital hace ya más 4 años, nunca pude ponerla en la venta ni la expuse con mis amigos, era mía, formaba parte de mi dolor, de mi penumbra...

—Es muy bella — hay demasiada sinceridad en esas palabras.

Dejo a un lado el pincel y la paleta, limpio un poco la pintura de mis dedos con mi jeans gastados que siempre uso aquí por comodidad.

—No sabía como sería tu guarida. Oliv la menciona, dice que la haz dejado pintar.

—Si en ocasiones...— no puedo creer que siendo mi esposo sea esta su primera vez visitandome —, pero lo sigo dejando solo para mi uso personal.

Deja el cuadro sobre el caballete. —Crees qué... ¿esto?

Estamos de vuelta.

Hay algo en su tono de voz que me irrita y enciende el fuego que fluye con rapidez por mis venas.

—Si vale la pena— hablo con firmeza.

Me da la espalda, sé a la perfección que está haciendo un gesto de disgusto o de insatisfacción.

Nunca pensé en poner todos mis cuadros a la venta ni siquiera he pensado en hacerlo público del todo. Este lugar se ha pagado con las ventas que he tenido, pero no porque yo los ofrezca son porque mis amigos y conocidos me han recomendado.

—Soy la primera en saberlo— continuó ante su silencio —, para ti esto jamás será rentable, por eso me dedico a mi profesión que también amo, como tú a la tuya. Es mi hobby, mi pasión oculta.

—Temo que sea una perdida de tiempo...

Me cruzo de brazos y me adelanto con lo que va a concluir —Y de dinero.

Estoy a la defensiva. No puedo evitarlo. Como odio que todo lo tenga que involucrar con dinero y su manera de hacerme creer que tiene razón.

—Nunca mencione el dinero, pero sabes a lo que pienso, nuestro hija, Oliv..

—Nuestro hija nos tiene a los dos— espetó — , me desvivo por ella y doy todo el tiempo del mundo. Amo estar con ella y jugar, como tú deberías, pero esto es mío, es mi tiempo.

Es mi tiempo de sanación.

—Podrías darle prioridad a otras cosas que te generen dinero y a nuestra hija, no a esto. Si tus planes son seguir mal gastando el tiempo en pinturas que nunca saldrán a la luz es un caso perdido.

Doy un paso a él.

—Es la primera vez que pones un pie en este lugar, y la primera vez que ves cuadros que no tengo en casa; y lo primero que haces es reclamarme en que gasto mi tiempo para mí. Al menos esperaba que me apoyaras y disfrutaras esto— levanto la mano y señalo lo que nos rodea.

Se queda en silencio y pone atención en retratos que tengo colgados, todos han sido capturados por mi lente.

Me golpea el recuerdo, uno de los tantos que me hizo guardarme cierta confianza hacia él.

Las fotografías... cada vez que le pedía que me tomara una fotografía para subirla a Instagram se molestaba, hasta que deje de pedírselo cuando me dijo que no era mi fotógrafo. Dejé de fotografiarlo a él porque siempre se molestaba. Así como deje de pedirle que me acompañará a este lugar.

Han pasado ya tres años desde esa última invitación.

Da media vuelta plantándose a varios pasos.

—Soy tu esposo y debo decírtelo. Soy sincero. 

—Exacto.

Intenta moderar su voz, intentando esconder el reproche —Es mi deber plantarte en la realidad hay cosas que por más que quieras invertirle quizás nunca te den el fruto que quieras.

Ya me lo está dando. Yo no quiero ninguna recompensa monetaria, esto es muy mío.

Las palabras hieren. Hay falta de comprensión y empatía para lo que hago.

—Duele ¿sabes?

Levanta la vista —¿Qué?

Aclaro mi garganta para darle una sonrisa llena de ironía encontrándome con sus ojos miel.

—Siendo mi esposo, deberías de ser mi mayor fan, pero en cambio, te haz convertido en mi verdugo.

NOTA DE LA AUTORA:

Queridas chatitas esta historia será pequeña de 10 a 13 capítulos por lo mucho, es algo así como un 0.5 de una novela futura, que será muy larga.

Exilio será triste y amarga, pero al mismo tiempo será el inicio de un proceso de sanación para la protagonista♥ 

Gracias por leer, nos estamos leyendo♥

ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora