4.-CAMBIOS

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Días antes de enterarnos del embarazo de Aless yo había renunciado a mi trabajo, había dejado todo atrás para irme a lo grande

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Días antes de enterarnos del embarazo de Aless yo había renunciado a mi trabajo, había dejado todo atrás para irme a lo grande. Iba por la apuesta en grande.

Era mi meta, mi propia empresa y constructora, tres semanas después tenia trabajos de parte de amigos y conocidos, allegados  a la familia y personas de la universidad, me sentía pleno y listo para empezar ese viaje.

Cuatro semanas después Alessa llego conmigo asustada.

Positivo.

Embarazada.

Estaba feliz y al mismo tiempo muerto del miedo.

Un hijo.

O un hija.

Alessa tenía pocos meses haberse graduado y estaba iniciando su experiencia; aparte de todas la veces que me contó que estaría reuniendo dinero para su posgrado. Nuestro plan había cambiado, estábamos por tomar una dirección diferente y yo sabia que lo siguiente que fuera a pasar nos iba a doler a ambos.

—Estás aquí— Asher abre la puerta de mi oficina, es mi mejor amigo y socio del tres por ciento de mi empresa. Gracias a ese cabrón fue que me hice de más contactos de los que esperaba.

—No me he movido a ningún lado— paso una carpeta a una mano.

—¿Cómo vas con el proyecto del centro?— se deja caer en la silla del frente.

—Le estoy entregando mi vida entera a ese lugar, la rotación del personal nuevo entre los tres proyectos de la ciudad me han vuelto loco. Si conoces a algún diseñador de interiores que quiera trabajar, envíamelo por favor.

—No te voy a enviar a alguien que quiero a tu infierno.

Me recargo en la silla —Mi personal ama trabajar aquí.

—Eso es lo que tu crees, pero si estudie contigo y los pocos trabajos que he tenido contigo han sido un dolor de cabeza. Eres un grano en el culo.

—JA-JA-JA.

Somos interrumpidos por varios golpes en mi puerta —¿Se puede?

—Pasa Sophia— es Asher, él que le da la entrada. Sophia es la arquitecta encargada de las proyecciones y controles de obra. 

—Lamento molestarlos, pero Ingeniero— me mira—, necesitamos su visto bueno a este plano.

—Déjamelo aquí, lo revisare en unos momentos y te lo hago llegar.

—¿Podría serlo lo mas rápido posible? Por favor— se muerde el labio.

—¿Es urgente?

—Como no tiene una idea. El cliente nos ha estado pidiendo por días el proyecto final, solo necesitamos su ultima revisión y pasaremos  a terminarlo y su firma.

—Bien. Dame 15 minutos y te lo envió.

—Gracias, con permiso ingenieros— sus tacones hacen todo el ruido del mundo al salir de mi oficina.

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