Cuando sentimos que estamos perdiendo eso importante, nuestra cabeza crea los mejores planes para volver a tenerlo. Bien dicen que uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Eso pasa en mi matrimonio, estuve y estoy a nada de perder a mi esposa, a la mujer de mi vida, y no me había dado cuenta. No quiero estar lamentándome en el futuro porque no hice el esfuerzo suficiente para hacer que se quedara conmigo.
Estoy ideando darle todo lo que se ha merecido, arrepintiéndome de las crueles palabras que le he soltado, sobre todo que por todo este tiempo que llevamos juntos hice parecer que ella no las merecía.
No soy un santo, no soy el mejor hombre del mundo, he cometido errores garrafales y estoy dispuesto a cambiar ese pasado. No dejare que sea opacado por mis malas acciones.
Llevo días saliendo temprano de la oficina y paso a recogerla, le tengo prohibido usar su auto porque quiero volver a cortejarla. Se ríe en mi cara cuando me ofrezco cada en manejar cada oportunidad que toma las llaves de su auto. La he invitad a cenar mañana por la noche y llevo tres semanas enviándole flores. Lilys, sus favoritas.
Quiero que vuelva a sentirse amada y quiero que vuelva a saber que yo le pertenezco y que estoy arrepentido por todo lo dañado. Que estoy dispuesto a resolver cada batalla y cruzare todos los mares para que ella sepa que estoy de su lado.
La puerta de mi oficina en la casa rechina y alzo la vista. Se asoma. —Dante.
—Amor, ven. — No lo pienso y me levanto para invitarla a que se siente sobre el escritorio. Cierro mi computadora y le doy toda la atención en lo que yo me acomodo en mi silla. Acaricio su rodilla.
No soy ciego para distinguir el como sus ojos brillan con ilusión. Sonríe más y ha intentado abrirse.
Se aclara la garganta. —Quiero contarte algo importante. — me tenso y ella reacciona tomando mi mano. —No es nada malo. Es todo lo contrario.
—Soy todo oídos.
—Es que. Estuve pensando que tengo tiempo libre los fines de semana y hace tiempo dijiste algo de que usara mi arte como...
—Alesh, me retracto de ello, quiero que sigas pintando todo el tiempo que quieras, si es lo que te hace feliz te apoyare sobre todo— sus ojos se abren y sonríe.
—Yo sé. Déjame terminar, estaba pensando en tomar este tiempo libre y transformarlo en algo productivo. Hay días en los que me da un bloqueo creativo. O mas bien pierdo la inspiración y como me gusta hablar con las personas, estaba ideando que quizás— baja la voz— debería hacer pequeños talleres de pintura para niños— dice con un toque de dulzura.
—¿De verdad?
—Puedo cortar una flor de mi jardín, o sea hacer lo que tanto me gusta y generar un extra. Pagare las facturas de los servicios y te ayudare con otras cosas. Tu podrás tener mas días libres y Olive estaría presente siempre ya que ella ama estar en el estudio conmigo y...
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Exilio
RomansaLos finales siempre sorprenden, aunque estén escritos desde un principio.