EPÍLOGO

1.1K 49 16
                                    

—¡Estoy aquí! — mi mejor amiga Yanin abre la puerta de mi pequeña oficina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Estoy aquí! — mi mejor amiga Yanin abre la puerta de mi pequeña oficina.

La preciosa pelinegra llega con un semblante brillante, dispuesta a comenzar el día después de un viaje de tres semanas a Boston.

—¡Ey! Bienvenida.

—Bienvenida tú, que eres la nueva. Lamento haberme perdido tus primeros días pero no podía dejar pasar esa oportunidad. ¿Cómo te han recibido en la empresa? — se mira las uñas —. Escuche rumores sobre la nueva arquitecta de piernas bonitas. 

—Cállate— me encojo de hombros. —Me he sentido bien. Mis compañeros son amables. El café es delicioso y amo el restaurante de la esquina. No puedo quejarme.

—Y ¿Cuántos de los que están afuera te han invitado a salir? ¿cinco? ¿siete?

Ruedo los ojos y se queda esperando —Tres. Ninguno es compañero de departamento, uno era de logística los demás no lo sé. Y no me han invitado a salir solo me pidieron tomarnos un café— se burla de mi y me sonrojo—. De tantas personas no los conozco a todos en solo tres semanas.

—Es pequeña la empresa pero te acostumbraras. Pero acá entre nos, estás en boca de todos— susurra —no dejes que te intimiden.

—No, me siento bien aquí. Creo. ¿Qué tal tu viaje?

—Alentador, tuve que compartir cama con uno de los promotores, de eso me encargo que mi apuesto jefe me las pague.

—¿Compartir?

—Eso mi querida amiga, sera una conversación para la hora del almuerzo. —se estira y truena el cuello— pase sábado y domingo echada en mi cama, mi madre me llamo todos los días para que fuera a verla pero me rehusé. Estoy agotada.

—No te ves tan cansada— me mofo.

—Te lo digo bien, no hice nada mas que trabajar fue solo. Para ahí, ¿Cómo estuvo la fiesta de Roger y Verónica?

—Bien— me balanceo en mi silla.

Mi amiga se apoya en los codos y se acerca —¿Te topaste con el idiota de tu ex esposo?

—Sí— me dejo caer hacia atrás—, me hablo.

—¿Y? ¿Lo mandaste al carajo?

—Solo intercambie una que otras palabras, nada fuera de lo normal a los encuentros que tenemos. Solo que, se entero de que cambie de trabajo.

—El imbécil de su mejor amigo se lo debió haber dicho, Asher tiene personas cercanas en esta empresa— se endereza— tampoco son de mi agrado.

—Siempre lo haz detestado.

—Sí, es un imbécil igual que su mejor amigo, tu ex. Par de patanes. Se harán compañía en el infierno.

Mis cejas se eleva sorprendida, les ha acumulado tanto coraje hasta hoy.  Pero creo que mi amiga le tiene mas coraje a Asher por una u otra razón que yo desconozco.

—En fin— se levanta. —¿Estás bien Alesh?

—Sí, mucho mejor que hace unas semanas, al fin te tengo cerca.

—Debo ponerme al día y ver que no hayan arruinado mis obras mis compañeros. Prepárate porque ya que te tengo aquí, nos vamos a comer el mundo. Te veré en el almuerzo, no tardes.

—¡Yo pago la comida de hoy!

Sus tacones resuenan en mi oficina: —Ni de loca, me toca a mí y Alesh—concluye antes de cerrar la puerta—: Bienvenida al lugar que va a cambiarte la vida mi querida mejor amiga.

ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora