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Si pensaba que después de esa intensa noche íbamos a estar bien los siguientes días, que equivocada estaba.
Nada mejoro, todo lo contrario. Se fue en picada, en caída libre.
A lo largo de la semana siguiente Beth me paso tres contactos de terapeutas, escogí al que mejor se acomodaba a nuestros horarios y que se ubicara en el centro de la ciudad.
—Vamos a conocernos un poco, cada uno dirá que les gusta a su pareja. Un dato pequeño no tienen que explayarse, que sea algo que ustedes tienen muy marcado de cada uno.
Me mira a mi para que comience —A Dante le gustan los barcos, la pesca, todo lo que tenga relacionado a motores en agua.
Cada mes se toma un día para ir a pescar, en mar y en uno de los lagos que quedan a pocas horas de la ciudad, su mejor amigo Asher siempre lo acompaña.
—Bien— asiente despacio y pasa a ver a mi marido.
—A Alesh le encanta la pintura, el diseño y la arquitectura. Todo lo que tenga que ver con creatividad y que pueda usar sus manos. No tiene miedo a ensuciarse ni a llenarse de pintura el rostro.
Le sonrío. Compartimos un poco de nuestros hobbys y sobre nuestros trabajos.
La doctora Miller ajusta sus lentes sobre su nariz y comienza darnos un pequeño resumen al final de la primera sesión —Vamos a trabajar en equipo, a mejorar los canales comunicativos, asumiendo responsabilidades y problemas; también conductas dañinas que los están perjudicando.
>>4 años de matrimonio, 4 años donde su barco a zarpado. Vamos a mejorar, vamos a hacer que se vuelvan a reconectar y se vuelvan a conocer. Queremos salvar este barco, que el viaje sea placentero y satisfactorio. En caso que sea todo lo contrario— siento un nudo en la garganta ante el cambio de una posible respuesta negativa de esto —, haremos que el proceso de separación sea menos doloroso y conflictivo. No va a ser fácil, requerirá tiempo y esfuerzo de ambos. ¿Quieren continuar en este proceso?
Me encuentro con su mirada y el asiente primero.
—Si — susurro.
—En ese caso vamos a comenzar. Para su primer tarea de la semana...
♣
Las primeras tres sesiones han avanzado en lo que cabe bien. Tuvimos que postergar la segunda por un trabajo de Dante y la movimos para la semana pasada. Hoy es nuestra cuarta cita y se siente como si no avanzáramos.
Dante esta frente a mi en un sillón, nuestra terapeuta parece ser la mediadora o más bien el referí.
—Le he dado todo— espeta recio.
—Tú crees saber que es lo que quiero, pero no lo sabes y tomas la decisión que crees que son mejor para mí— contraataco.
