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—Tu tía me contacto, quieren que vayamos a visitarla la siguiente...— me quedo absorta a mi vaso en lo que mi mamá sigue hablando de todos sus planes. — ¿Aless? ¿Me estas escuchando? No me pones atención.
—Si mamá, es solo que no estoy como con mucho ánimos para ir a visitar a la familia. No creo tener tiempo.
—Deberías— se cruza de brazos —. Ustedes necesitan volver a convivir como familia, y que cosa mejor que hacerlo con todos las tías y primos. Respirar aire limpio y visitar el lago.
Hago un mohín con los labios.—No me necesitas. Llévate a papá, también Beth querrá ir y con George solo avísale con tiempo porque ya sabes que tiene unos horarios muy malos.
—Aless, mírame— hago caso, de seguro ya noto mis ojos rojos y media lunas —¿Tan malo es? — Asiento a la pregunta.
Continúa. —Si no te lo dijo fue por algo, quería darte la sorpresa, o evitar esta discusión. Es tu esposo Aless, debes de apoyarlo siempre.
—Pero no lo parece, es mi esposo pero ya no lo conozco, ya no se que quiere de la vida, ya no se si me ama, ya no somos un equipo. Ya no se que hacer.
—No puedes abandonarlo. Va a llegar otra mujer que lo va a valorar.
Es mi madre pero no evito mirarla mal. Suspiro. —Si eso sucede es porque debió haber pasado así. Era porque yo no era la destinada para él.
—No digas locuras. ¿Qué esta planeando tu cabecita?
—Que he pensado que lo mejor es que nos separemos—la miro a los ojos— por un tiempo.
—No eres capaz de hacer eso Aless, es un buen hombre. Te ha brindado todo, te a aguantado con el carácter explosivo que tienes, con todo tu tiempo perdido. No puedes solo dejarlo así. En un matrimonio se lucha hasta el final, se busca pelear juntos. Piensa en que es lo mejor para los dos.
Sabía lo que se avecinaba si le contaba lo que nos sucedía. No me sorprende.
—Y eso estoy intentando hacer. Pero, ¿qué pasaría si yo me divorciara de Dante? ¿Vas a seguir pensando que estoy mal? ¿Me vas a dar la espalda?
Ahoga un grito y palidece. Se tambalea hasta que coge el aire suficiente, me asusto por unos instantes pero veo que se estabiliza, se sienta en un banquillo.
—Nunca me pasaría por la cabeza que pensaras en divorciarte. Menos por estupideces y este tipo de cosas. No te engaña Aless.
Bajo la vista a mis manos y dejo ir una larga exhalación. Decepcionare a mi madre si tomo esa decisión.
Quiero sentirme enojada, llorar, exigirle cuentas y que nos sentemos por una maldita vez a hablar de todo lo que se nos esta acumulando pero, gran parte de mi cabeza lo único que quiere es no pelear, es no discutir, es tener esa paz que el tanto exige.
