El primer reportaje

16 0 0
                                    

Solamente había dormido cuatro horas pero.. ¡es lo que tiene que hacer un reportero de pura cepa! Tenía que mandar su primera crónica para la Web porque si no la mandaba, los de la otra raza, los bulldog de la redacción, se pondrían de mal humor, y mejor que no.

Tenía material para hacer un buen reportaje con las entrevistas a los fans que había hecho la noche anterior. Seguro que a Carmen le encantarían. Había recogido los testimonios llenos de fuerza de unos chicos que luchaban por cumplir una ilusión, con ese entusiasmo de los dieciséis años que deja huella toda la vida, una pasión que algunos mirarán por encima del hombro, como si se sintieran superiores, cuando simplemente están demostrando que no entienden nada.

Ya disponía de buenas fotos del ambiente nocturno, de los fans. Cuando esa espera en la cola dura, más que horas, días , y en algunos casos más de una semana, se impone una buena organización. ¿ A alguien se le han ocurrido cómo se organizan para las comidas, las escapadas al baño , los ratos de sueño , los juegos..? Todo es un poco incómodo, no se puede negar, pero la convivencia con tanta gente y en el ambiente, une mucho. Más de una amistad, y algo más, han surgido en esas colas y esos turnos de días y días para ver a estrellas del pop. Tumbado en la cama, en su habitación Álex pensó que sus nuevos amigos estarían sentados con las piernas cruzadas en sus colchonetas de camping, compartiendo el agua que guardaban a la sombra de los recipientes de metal para que se conservara fresca. Cerca de treinta grados a la sombra. Puso la radio y, como no, hablaban del concierto de One Direction, el acontecimiento musical del año.

-<<... los fans del grupo británico se han pasado la noche cantando sus canciones y, aunque llevan noches sin dormir apenas, se los ve más frescos a medida que se acerca la hora del concierto. Están entusiasmados y felices de poder ver de cerca a un grupo musical que está haciendo historia en todo el mundo>>- relataba el locutor en un tono afectado, pomposo.

Él sabía de primera mano, por lo acabado de vivir, que la mayoría de los chicos y chicas se habían pasado despiertos buena parte de la noche si no toda. Pensó que, quizá en ese mismo instante, con los primeros rayos de sol dando de lleno en las tiendas de campaña,estarían soñando que se encontraban en una de esas playas caribeñas de arena blanca y aguas turquesa, completamente fritos, ajenos a la tormenta tropical que se acercaba peligrosamente, como empezaban a anunciar los partes meteorológicos.

Álex abrió el ordenador portátil y se puso manos a la obra con sus dos entrevistas.

La primera era con Rubén, un estudiante de informática que había hecho un alto en sus estudios para poder seguir la gira latinoamericana del grupo. Su afición eran los ordenadores, claro: su pasión, la música. Venía de Sao Paulo, Brasil, y no se separaba de su guitarra ni para dormir. Tenía aspecto de bonachón, con su melena y sus rastas. Calzaba sandalias de goma y vestía pantalón pirata de flores y camiseta de tirantes. Se sabía todas las canciones del grupo y había compuesto un tema que no cantaría a nadie a no ser One Direction. Fantaseaba con la idea de que, en algún momento de la gira, encontraría el momento oportuno para pasarles el texto y la partitura. Eso, una fantasía.

Maria Julia era la segunda entrevistada. Una chica de Asunción, Paraguay, de dieciocho años. Ella y su familia se había trasladado a Bogotá hacia tres años a causa del trabajo de su padre. Su hermana pequeña de trece, había querido vivir con ella la experiencia de compartir día y noche la espera del concierto, pero no hubo manera de que sus padres se lo permitieran. Cuando explicaba la ilusión que le hacía a su hermana ver en directo a One Direction, se le humedecían los ojos a la pobre. <<Algún día la traeré conmigo, pero por ahora, tendrá que conformarse con lo que yo le pueda ir contando>>, me explicó apenada.

One  Direction: La NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora