Los miembros de 1D viajaron en línea regular de autobús hasta Buenos Aires. Nella, María Julia y Álex lo hicieron en avión.
En el Aeropuerto Internacional de Ezeiza los esperaba un chófer para conducirlos hasta la casa familiar de Nella, situada en el exclusivo barrio de Recoleta, donde aguardaban sus padres ( y tíos de María Julia), quiénes, al oír el motor del coche entrando en el garage, salieron corriendo a abrazarlas.
-¡Qué alegría, hijas! De nuevo en casa
-El padre de Nella era todo un señor, no había más que verlo.
-María Julia, querida, que guapa estás- la abrazó su tía-. Ya me avisó mi hermana de que tre vería muy cambiada, y así es. ¿Estás cansada? Pasa, pasa y toma un baño en la piscina, que el agua está estupenda.
Álex no sabía cómo ponerse, y se le pasó por la cabeza que se habían olvidado completamente de él.
-Mamá, papá, ya les he anunciado que tenemos un invitado. Pues aquí lo tienen. Es Álex . Ven, no seas tímido -le dijo bromeando-, que mis padres no muerden.
Adriano y Beatriz no podían ser más encantadores. Nella les había venido contando durante el trayecto que los dos trabajaban en la empresa familiar, un negocio de pieles que ya venía de sus bisabuelos paternos y que sus padres habían puesto al día con las técnicas más vanguardistas. Estaba dando muy buenos beneficios, gracias a que su línea juvenil estaba exportando a casi todo el mundo. Se conocieron en la Facultad de Ciencias Empresariales y compaginaron durante un tiempo un tiempo el trabajo a tiempo parcial en la empresa de pieles con los estudios que luego les había resultado muy útiles. Beatriz cursó un grado superior en Comercio Internacional y Adriano, en Estados Unidos, un máster en Marketing. Dos cracks.
-Pasen chicos. Tienen las habitaciones preparadas, espero que estén cómodos. Adelante, Álex, estás en tu casa.
Y menuda casa.
Entraron y cada cual se fue a su dormitorio a dejar las bolsas y cambiarse de ropa. La habitación de invitados duplicaba en tamaño el apartamento de Álex en Barcelona. Era una maravilla de dormitorio, y una pena que solamente fuera para una noche.
-Álex, espiaba. Nella ha convocado cónclave en la piscina. Parece que hay noticias frescas.
-Era María Julia la que le hablaba inquieta desde el otro lado de la puerta.
-Voy, voy, espérame, agarro la toalla y bajo.
Desde que habían puesto los pies en Buenos Aires todo era sorpresas. La primera, el puntazo de tener el chófer esperando. La segunda, conocer a los padres de Nella y su pedazo de casa en unas de las zonas más exclusivas de la ciudad. Pero nunca hay dos sin tres.
Nella estaba sentada en un rincón de la piscina con los pies en el agua. Con el pelo mojado estaba aún más guapa, pensó Álex. Les pidió que se acercaran y se sentaran uno a cada lado. Su sonrisa maliciosa auguraba que sabía algo que los demás no conocían.
-Tengo noticias frescas- anunció-. ¿Adivinen quién viene a cenar esta noche?- Dejó pasar unos segundos que parecieron eternos y soltó la bomba-. ¡Simon Cowell y Paul Higgins!
María Julia dejó escapar un grito agudísimo que por poco rompe los vidrios del salón contiguo a la piscina y se tapó la boca con las dos manos.
Álex puso cara de asombro.
-¿Los dos mandamases de One Direction? ¿Aquí? ¿Hoy?
Un repentino cosquilleo en el estómago le indicó que aquella podía ser la mejor noche de todo el viaje.
O todo lo contrario.
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One Direction: La Novela
FanfictionTrata sobre Álex, joven e inquieto periodista de la revista Global Pop, recibe un encargo de altos vuelos. Su directora le da una oportunidad que no puede desaprovechar: Seguir a One Direction en su gira, que comienza...