Humillado

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Horas y horas, días y días , sentado frente al ordenador sin que nadie se metiera con él , sin que nadie se burlara de su forma de hablar , de vestir o de caminar. Sin que nadie se metiera con sus camisetas de Marilyn Monson y Opeth, ni con su costumbre de vestir de negro.

Se dio de alta en varias redes sociales con identidades distintas. Lo mismo podía ser un informático que una azafata de vuelo, un camarero de discoteca, una ejecutiva o un nickname totalmente vacío de contenido como vacía había sido su vida desde aquel desplante, aquel desencuentro que lo había destrozado tiempo atrás. Pero, sí ,era divertido convertirse en otro, jugar con la idea de ser alguien distinto. En internet puedes decir lo que quieras porque nadie va a cuestionarte. Nadie sabe quién eres en realidad. Cambiaba constantemente de ordenador para que no pudieran seguirle la pista. Lo tenía todo pensado: nunca lo descubrirían. Sonrió al recordar que en su apartamento las luces se estarían encendiendo y apagando periódicamente para que los vecinos creyeran que estaba en casa, y se dijo que quizá no había merecido la pena de esforzarse tanto en los pequeños detalles, que había tomado demasiadas preocupaciones para que nadie le echara en falta cuando, cuando en realidad, ni sabía que existía. Era un individuo insignificante. Solía llevarse la comida a la habitación, pero en aquel momento prefirió quedarse en la sala de la habitación. Iba a darle un mordisco a su sándwich de jamón cuando empezó el noticiero del mediodía. La locutora con una sonrisa luminosa, abrió con la noticia del día:

-<<El grupo de One Direction hizo vibrar anoche a los miles de fans que llenaron el Palmeiras Arena de Sao Paolo con sus éxitos pop y un espectáculo dinámico y brillante, lleno de momentos emotivos. Son los cinco británicos más famosos del momento y Brasil es su última escala en Suramérica dentro de una gira mundial que proseguirá a partir de ahora en México, Estados Unidos y desde allí a Europa>>.

Las imágenes del enorme escenario y de las fans enfebrecidas gritando <<One Direction, One Direction>> le pusieron todo el cuerpo en tensión. Fijó su atención en la pantalla.

-<<... en su gira europea llegarían pronto a su hogar- siguió diciendo la locutora-, el Reino Unido aunque continuará luego por España, Portugal , Francia ,Alemania , Italia... >>

Notó el reflujo de la bilis, igual que el día que había ido a recogerla a la salida de la clase para pedirle perdón y una nueva oportunidad. Recordaba que la agarró fuerte del brazo y le dijo, mirándola a los ojos: <<Verás como si me conoces acabarás queriéndome tanto yo como a mí. Es sólo cuestión de tiempo>>. Pero ella se lo quitó de encima. <<Déjame, lo siento, te equivocas conmigo. Además he quedado con unos amigos>>. << ¿Amigos? Tú no puedes tener más amigos que yo>>, le había replicado, contrariado. <<Pues sí, tengo amigos y además nos queremos mucho. ¡Déjame en paz!>> Le había dolido que se zafara, se levantara y lo dejara allí plantado. << ¿Quiénes son? ¡Dime como se llaman!>>, le gritó. <<No te importa pero te lo diré de todas formas: Zayn, Louis , Liam ,Harry y Niall. ¿Contento?>> <<¡Zorra!>> Eso último se lo había gritado para que se enterase todo el mundo. Recordaba esa escena de hacía años como si hubiese sucedido el día anterior. La humillación le había estado doliendo como si le abrazaran las entrañas. Odiaba a One Direction con todas sus fuerzas. ¡Malditos niñatos con suerte, sin mérito alguno, farsantes catapultados a la fama por un golpe de suerte y que, además tenían a Nella hipnotizada!

Apretó la mandíbula, cerró los puños y ya no quiso seguir escuchando las noticias en la tele. Se levantó y fue a sentarse ante uno de los ordenadores. Su comida quedó intacta sobre la mesa.



One  Direction: La NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora