Lo extraño se vuelve oscuro- La caida al infierno

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Capitulo 11

La caída al infierno


-¿Qué?-. Fue lo primero que vino a mi mente cuando oí aquellas extrañas palabras. -¿Un beso más?-.

El permanecía en silencio frente a mis ojos, sus ropas eran completamente de acuerdo a ese mundo. Una hermosa camisa de mangas largas de color negro y hermosos bordados de color violeta en forma de dragones, pantalones de bota recta de color negro, la tela parecía lino o algo así. Sus botas negras igualmente eran altas hasta las pantorrillas, adornados con hebillas de color dorado que resaltaban como estrellas en la más oscura noche. Sus cabellos ondulados rojos llamaban completamente mi atención, danzaban delicadamente al suave vaivén del viento. Sus ojos violetas se encontraban clavados en los míos, podía sentir como penetraban a lo más profundo de mi alma, robando el poco aliento que tenia.

-Solo quiero que me des un beso más, un dulce y apasionante beso ¿Puedes complacerme solo con eso, Varjo Makea? -. Aun no podía comprender la petición del pelirrojo, su sonrisa hacia que me perdiera entre una interminable lista de preguntas.

-¡Estas demente! ¿Qué te hace pensar que te daré un beso a ti?-. Grite completamente furiosa. Me sentía indignada que una persona como el me pidiera tal cosa, pero no podía negar que mis mejillas estaban completamente sonrojadas.

-Que rencorosa eres-. Dijo mientras dejaba escapar una carcajada bastante estremecedora.

-Olen, ¿Cómo pretendes que te perdone después de todo lo que me has hecho? Vienes a mi vida como si fueras una nube de miseria y destrucción, acabando todo a tu paso-. Realmente me sentía indignada por su cinismo.

-Esta bien, no vine a decirte algo tan vano como eso, Varjo. Vengo a prevenirte, estas realmente cerca de volver a tu hogar, pero te pregunto ¿Crees que Mies Väärä te la dejara así de fácil?-. Su expresión había cambiado por completo. Aquella malvada sonrisa había desaparecido completamente. Su rostro se había transformado en preocupación -Cristi, Mies atacara pronto y solo vengo a prevenirte... perderás algo muy importante. ¿Estas preparada?-.

-¿a que te refieres?-. Le pregunte sin entender sus palabras, el miedo calaba mis huesos. La seriedad de sus ojos me alertaban que sus palabras podrían ser ciertas.

-Acaba de empezar-. Dijo mientras tomaba con fuerza mi mano, corría en dirección a el improvisado campamento a tal velocidad que me hacia tropezar con todo lo que estaba en mi camino.

-¡Olen detente! ¿Qué esta ocurriendo?-. Grite con fuerza, trataba desesperadamente de soltarme de su agarre procurando no caer en el proceso.

-¡Cállate y apresúrate! Creo que llegue tarde a prevenirte-. Chillo con fiereza.

Al llegar no podía creer lo que sucedía, aquella escena no puedo borrarla de mi mente aun. Mies se encontraba en medio del improvisado campamento, mis queridos amigos le rodeaban sosteniendo sus armas listas para atacarlo, pero se les notaba igualmente sorprendido por aquella presencia. Este sostenía los cabellos de la joven niña Ei, estaba chillaba de dolor, cada paso que Mies daba era un grito desesperado que me helaba la sangre.

-¡Ei!-. Trate de llamarla, intente correr hacia ellos pero Olen aun sostenía mi mano, deteniendo cualquier intento de acercarme a ellos.

-No puedo entregarte a el-. Dijo seriamente apretando su agarre.

-Olen déjame ir, tengo que ayudarlos. ¡No me hagas esto!-. Le suplicaba mientras luchaba por liberarme.

-¡Varjo, sálvame!-. Fueron las ultimas palabras que expreso la dulce niña, mientras su cabeza era desprendida ferozmente de su delicado cuerpo. Solo pude llevarme las manos a la boca observando con horror.

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