Lo extraño se vuelve Oscuro - ¿En casa?

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Capitulo 21

¿En casa?

Aun puedo recordar el dolor, ese punzante y agonizante dolor, mi mirada se encontraba fija en la única salida que tenia a mi alcance, pero el estilizado cuerpo de Mies me detenía. Podía sentir como la afilada espada entraba en mí, cada ligero movimiento era una oleada de dolor y sangre. Mis cuerpo comenzó a reaccionar a los golpes y ahora la herida que me infringía el "Falso", mis rodillas se sacudían amanzanando en dejarme caer, me sostuve de la hermosa bata negra de Mies, le observe en silencio, trataba de interrogarle el porque me causaba tanto dolor, pero sus elegantes y amenazadores ojos rojos mostraban una compasión que jamás había visto en tan frívola figura. Cuando por fin el dolor y la debilidad se apoderaron de las pocas fuerzas que tenían mis piernas, me tambalee, pero la enorme mano de Mies sujetó mi cintura pero la otra mano sostenía firmemente la espada que atravesaba mi cuerpo. Con una lentitud torturante me atraía a su cuerpo hundiendo aun mas en mi la larga espada negra, causando en mi intento de grito pero que se ahogo en medio del camino. Su respiración se posaba sobre mi cuello, provocándome ligeros escalofríos de temor, sus labios rozaban mi oído.

-Shhh No te matare-. Sus labios rozaban mi oreja susurrándome aquellas palabras, su voz era aun mas profunda que la vez que nos conocimos, aquel sonido emitido por su boca no era desagradable. -No seré yo quien te asesine, pero ella no dudara en hacerlo-.

-¿A que te refieres?-. Balbuceaba, mi voz estaba opacándose a medida que perdía rápidamente sangre. -¿Quién es ella?-.

-No podría decirlo con certeza, pero es de ella quien depende tu vida, ahora-. Tomo cierta distancia, fijando sus hermosos ojos rojos en los míos.

-¿Por qué hacen esto? ¿Por qué me han traído a este lugar?-. Le preguntaba con tristeza al "Falso", pero este solo movía su cabeza en negación.

Su espada comenzó a moverse fuera de mi, el dolor volvía a apoderarse de mis sentidos, mis ojos se habían fijado al cielo estrellado, podía ver como las estrellas presenciaban aquella tortura, podía sentir y oír en mi cabeza como los arboles gritaban mi nombre y suplicaban a su señor que me rescatara de sus manos, cuando finalmente la espada estaba fuera de mi, caí en los brazos de aquel oscuro hombre, quien no dudo en sostenerme entre sus brazos.

-Ahora tu vida es mía-. Grito Mayia, sus alaridos me causaba dolor en mis oídos, pero no tenia fuerza para cubrirme los oídos.

-Para esto me trajiste a este lugar, Mayia. Solo para asesinarme, solo para eso-. Grite llena de ira, sabia que lastimaba los oídos del "Falso", pero en verdad no me interesaba.

-Querida, tu papel en este mundo es estupendo. Tu línea de vida le dará la vida eterna que Mies Väärä necesita-. Dijo la mujer, caminando hacia mí con paso lento, arrastrando el maso.

Mire a Mies Väärä en busca de respuestas, pero sus ojos rojos estaban fijados en la oscura mujer que reía con locura.

-¿Cómo pudiste traerme a este lugar, Falso?-. Le pregunte lamentándome.

-No fui yo quien te trajo, ninguno de los dos podemos traer a otro Ryokō no ki a este mundo. Solo existe un poder tan grande para hacerlo. Y yo ahora no tengo autonomía para siquiera desobedecerla a ella-. Explico, su voz era solo un susurro, evitaba que la alocada mujer escuchara nuestra conversación. –Mi cuerpo ahora ni siquiera me pertenece-.

-¿Dónde esta tu cuerpo? ¿Esta dentro de ella?-. Le pregunte, entre susurros. No es que lo hiciera intencional, mi voz no era más que un quejido. A lo que este respondió moviendo la cabeza en aceptación.

-Resiste un poco más-. Susurraba el oscuro hombre aun sosteniéndome entre sus brazos. –Pronto acabara esto, hay dos líneas de tiempo luchando por ganar-.

Lo extraño se vuelve oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora