Capitulo 1
El reino de la oscuridad
La oscuridad de había adueñado cada centímetro de mi ser, me encontraba abandonada en las profundidades de mi mente. No podía escuchar ni siquiera mis propios gritos llamando desesperados a cualquiera que pudiera escucharlos, aun sabiendo que los hacía en mi cabeza; la desesperanza y el dolor estaban gobernando cada centímetro de mi mente.
Poco a poco la oscuridad parecía compadecerse de mí, dejándome ligeramente al borde de la conciencia y las tinieblas mismas. Mi cuerpo se sentía pesado y adolorido, especialmente mi cabeza. Me daba vueltas con mucha velocidad, algo frio y pegajoso se aferraba de mi cabello como si fuera su única salvación.
-¿Qué paso? ¿Dónde estoy?-. Trataba de gesticular, pero aún era consiente que solo podía decirlos en mi mente.
Lentamente pude incorporarme, mi cuerpo adormilado se quejaba por cada mínimo movimiento que lograba hacer. Quedamente pude abrir los ojos, pero hubiera deseado nunca hacerlo.
La mayor parte de la celda estaba asumida en las sombras, el frio calaba lo más profundo de mis huesos hiriéndome hasta mis intestinos. La humedad se calaba por cada centímetro de aquel lugar, el moho era el gobernador de las paredes húmedas y llenas de alimañas, toda clase de insectos se colaban por las grietas de la celda. El olor era algo de otro mundo, animales es avanzado estado de putrefacción se encontraban amontonados a una esquina de la celda, gran parte de la masa de sangre, putrefacción y mi propia sangre se habían mezclado en mi cabello.
-¡AH! ¡No! ¡No!-. Grite con todas las fuerzas, dando un gran salto hasta chocar estruendosamente contra las barras de hierro frías y oxidadas. -¡Dios Santo! ¡No!, no, no. ¡Te lo suplico! ¡No!-.
Trataba de entender que había ocurrido, en unos momentos estaba a las puertas de regresar a mi hogar (aunque estaba aún decidiendo en realidad cual camino tomar) y al otro estaba encerrada en una celda llena de porquerías y olor a muerte.
-¡¿Qué rayos paso!?-. Gritaba con todas mis fuerzas, no podía entenderlo, pasaba mis manos ferozmente por mis cabellos y rostro. Pero mis fuerzas se estaban viendo doblegadas por el olor bestial y el agotamiento, pesadamente me deje caer al suelo sucio y lleno de alimañas. Las lágrimas comenzaron a hacer su trabajo enjuagando mis mejillas llenas de suciedad.
-¿Estas bien?, Gracias a Bog. Pensé que estabas muerta y yo sería la única sobreviviente-. Una delicada voz que provenía de la celda contigua me hizo saltar del susto. Sinceramente me hacía completamente sola en ese asqueroso lugar -¿Estas bien?-.
-Sí, ¿Quién eres? ¿Dónde estamos?-. Pregunte temerosa de su respuesta.
-Disculpa, mi nombre es Ei Onnea, Es un placer conocerte. ¿Cómo te llamas?-. Pregunto la joven vocecita de la celda contigua.
-Mucho gusto, soy Varjo Makea. ¿Dónde estamos?-. Sinceramente no estaba segura de dar mi verdadero nombre. Le agradecía a Olen Paha por ese seudónimo.
-Para ser sincera, no tengo la menor idea. Desperté hace unas horas antes que tu-. Respondió la chica, parecía sincera o eso me parecía.
-¿En serio? ¿No sabes cómo llegamos a este lugar?-. Le pregunte nuevamente, quería al menos intentarlo.
-No, estoy a lo igual que tú, desperté en este horrendo lugar y con un gran dolor de cabeza. Aunque ya estoy acostumbrada a que me pasen este tipo de cosas-. Respondió un poco deprimida.
-¿Qué quieres decir?-. Pregunte sin tener menor respeto por la agonía de la joven.
-Mi nombre es Ei Onnea, significa "Sin suerte". Y estoy por aceptarlo-. Su voz se escuchaba con agonía y dolor. Sabía que me había pasado, pero prosiguió hablando. –Soy una humana Aisankannattaja, pero nací solo con un cuerno en medio de la frente, mis madre me abandono cuando tenía 7 años, dejándome a mi suerte. He vivido sola escapando de las personas que me cazan como si fuera un animal por la rareza de mi especie. Esta vez parece que no pude escapar, pero lo único que lamento es perder a mi quería Nekomatta Toiveita. Extrañamente no recuerdo nada-.
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Lo extraño se vuelve oscuro
FantasyLas sombras del pasado vuelven a remover el poco futuro que queda