Capítulo 3
En busca de una oportunidad
Nuevamente me encontraba completamente desolada y agotada, mis ojos estaban ardiendo un pequeño rayo de sol se filtraba y lastimaba mi retina lo cual me hizo fruncir el ceño con molestia. Mi cuerpo se resistía en obedecer mis órdenes, mi cabeza se sentía como una guerra de grandes proporciones, las palpitaciones me hacían quejarme silenciosamente. Sabía que habíamos dejado de movernos pero aun no dejaba de tener la sensación de movimiento; me sentía embriagada de dolor y agotamiento.
Repentinamente una ligera presión en mi mano me hizo sobresáltame, suavemente gire la cabeza. Una sonrisa cálida y temerosa me ofrecía la joven chica sosteniendo mi mano con fuerza.
-Pensé que no despertarías, ese monstruo te golpeo con mucha fuerza-. Explico la joven niña, se veía hermosa a la luz del sol. -¿Estas bien?-.
Sinceramente no quería responderle con palabras, mi boca estaba seca y mi estómago estaba en alerta roja. Aun me sentía demasiado mareada y cansada.
-Tranquila, no te esfuerces ese monstruo desapareció apenas apareció los primeros rayos del sol. Nos dejó en esta cueva, al menos estamos a salvo de la oscuridad-. Dijo ligeramente aliviada, parecía aún más indefensa.
Pude apreciar con más detalle el físico de la chica, sus cabellos eran rubios largos hasta su cintura hermosamente ondulados, su rostro era semejante a la de una muñeca de porcelana- ojos enormes y cafés con largas pestañas, labios pequeños y gruesos, nariz pequeña y respingada, mejillas rosadas bajo la suciedad que aún nos cubrían-. Sus ropas parecían a las de personas que trabajan en el campo, a pesar de su apariencia vieja y desgastada, tenían un hermoso encaje de color negro en el cuello y mangas. Una larga falda cubría sus piernas, solo podía divisar sus zapatitos cafés y desgastados.
-¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?-. Le pregunte disgustada conmigo misma, era indignante que una niña de 15 años cuidara de alguien de 21 años.
-No te preocupes, el golpe que te dio fue realmente fuerte. Caminamos unas horas después de eso y llegamos a esta cueva. Nos dejó aquí dentro con los Pferd y la demás carga. Apenas apareció el sol desapareció encerrándonos-. Dijo tratando de relájame dirigiéndome una dulce sonrisa.
-Comprendo-. Le respondí casi sin ganas, me incorpore lentamente apoyándome de la pared de la cueva. –Debemos ver como escapar, no quiero ser el producto de venta de ese monstruo asqueroso-.
-Si eso intente, no se me ocurre nada. Aun ando asustada-. Dijo la chica un poco tímida. Ei se le veía muy asustada solo con recordar la imagen de la criatura. –Antes que nada, ¿Puedo hacerte una pregunta?-.
-Claro-. Le respondí inmediatamente mientras caminaba entre las bestias buscando alguna forma de escapar.
-¿Eres una Ryokō no ki?-. Pregunto sin dudarlo un segundo. Sus ojos estaban clavados en mí tratando de analizar mi reacción.
-¿Por qué preguntas eso?-. Fue lo único que se me vino a la mente.
-Cuando él estaba hablando contigo pude escucharle con claridad, mencionó que eras una Ryokō no ki en cambio y al parecer es cierto. Tus cabellos tienen un extraño color-. Respondió seriamente, aun sostenía su mirada en mí.
-si te respondiera que si ¿Qué harías?-. Estaba dispuesta a no perder contra una chiquilla si intentaba algo oscuro. Ahora mi secreto estaba al descubierto no podía permitirme confiar en nadie. Pero en respuesta solo obtuve una sonrisa sincera y un suspiro de alivio.
-Pensé que era la única rara en todo esto. Sé que se siente vivir siendo la presa de inescrupulosos que solo ven en ti una forma de comercio-. Respondió increíblemente dolida. Su voz temblaba.
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Lo extraño se vuelve oscuro
FantasyLas sombras del pasado vuelven a remover el poco futuro que queda