Capitulo 15
Dos almas en la oscuridad
No podía parar de repetir el nombre de esa malvada mujer, era como si mis labios se hubieran gravado su nombre en una eterna canción, no podía comprender desde cuando Mayia había estado detrás de toda esta locura. Mis manos reposaban sobre mis piernas, poco a poco se volvieron un fuerte y apretado puño con el cual golpeaba con furia el suelo haciéndole pagar el pecado que otro había cometido. Mis ojos estaban clavados en el horizonte que nos ofrecía aquella colina, me sentía como si me hubieran usado todo el tiempo desde que había nacido, una serie de personas usaron mi existencia para su conveniencia y al parecer hasta mi muerte les seria de utilidad.
-¡¿Qué mas buscan quitarme, Olen?!-. Le gritaba furiosa, no solo con el sino con el mundo que me había visto crecer.
-No lo se-. Fue su respuesta, la cual parecía una manera dulce de pedir disculpas.
-¡Todo es tu culpa, esto es culpa de todo y de todos!-. Le mire airada, le salte violentamente aferrando su camisa sacudiéndolo con todas mis fuerzas. - ¿De que les sirve mi existencia y mi muerte?-.
-¡quieres calmarte! ¡No ganas nada simplemente culpando a los demás! Hallemos una solución pronto y puedas regresar a tu hogar en el menor tiempo posible-. Aquellas palabras me habían hecho reaccionar, lentamente le libere de mi ira. En lo más profundo de mi corazón sabía que el tenia la razón, culpar a los demás no era la única solución.
-Debemos rescatar a mis amigos de ante mano. No dejare que ese par de porquerías les hagan daño-. Le dije con mucha convicción, aunque no podía negar que el temor me paralizaba.
-Sabes que eso es lo que ellos buscan, ¿Verdad? El hecho de que el los hayan secuestrado es que te están tendiendo una trampa-. Dijo mientras aferraba una de mis manos con fuerza.
-Se que es una trampa Olen, pero tu mismo lo has dicho. Ellos nos están guiando al Pimeä Metsä y para nuestra desgracia es donde nos debemos dirigir. No podemos simplemente ignorarlos, Olen. Yo no soy como tu-. Comprendía que aquellas palabras le habían dolido demasiado, sus ojos que se habían mantenido firmes en los míos, por unos momentos se desviaron al vacío.
-Entonces, debemos descansar. No podemos avanzar de noche, el hirviöt se mueve perfectamente entre las sombras de la noche; se le haría muy fácil encontrarnos y aniquilarnos antes que pudiéramos defendernos. La solución es esperar hasta la mañana-. Explicaba Olen acomodándose entre las raíces del árbol.
-Si por lo visto es la mejor solución-. Fue mi respuesta, aunque se me hizo muy difícil conciliar el sueño después de lo que había ocurrido.
El amanecer me tomo por sorpresa, los primeros rayos de sol lastimaron levemente mis adormilados ojos, el trinar de las aves era el mejor "despertador", su dulce melodía aliviaban mi angustiada alma. Las fragancias dulce de las flores vecinas al árbol penetraban atrevidamente hasta lo más profundo de mis pulmones, robando de mi tímidos y juguetones suspiros. El despertarme fue una lucha conmigo misma, trataba de darme fuerzas estirando cada miembro de mi cuerpo, pero obteniendo como resultado volver a caer en el suelo vencida por el sueño. Para cuando pude despertar, estaba siendo cargada en la espalda del "Malvado", quien parecía completamente distraído. Sus rojizos cabellos acariciaban mis mejillas provocándome cosquilleos a tal punto que solo podía dejar escapar ligeras risillas alarmando al rojo.
-Hasta que por fin despiertas, eres una perezosa. Aunque fue realmente cómico verte luchar contra el sueño, para finalmente caer vencida por el sueño-. Trataba de decir sin dejar de reír escandalosamente.
-¡Cállate!-. Le gritaba completamente apenada, intentando bajarme de su espalda.
-No, no te bajes de mi espalda. Déjame llevarte solo por un rato más-. Sus palabras congelaron todo intento de librarme de el. Solo pude mantenerme quieta y en silencio.
ESTÁS LEYENDO
Lo extraño se vuelve oscuro
FantasyLas sombras del pasado vuelven a remover el poco futuro que queda