Camino a grandes zancadas llegando al vestíbulo del hotel. De reojo veo como Joe se mueve de un lado a otro con preocupación, habla con la seguridad del hotel al mismo tiempo que mantiene su móvil pegado a su oído, parece agitado. Cuando sus ojos me ven toma una larga respiración, les dice algo a los hombres uniformados para después cortar la distancia que nos separa.
―Ya apareció, acaba de llegar al hotel... gracias ―dice antes de colgar― ¡¿Se puede saber dónde estabas?!
―Arreglando un asunto ―paso de él y camino sabiendo que me sigue desde atrás.
―¿Un asunto que te dejó el rostro hecho mierda? Porque te ves terrible y no tienes que decime nada, estoy seguro que es sobre Britt ―esperamos el ascensor―. No eres el único, tu jefe de seguridad ya está en eso y...
―No hace falta ―lo corto entrando al ascensor junto con el―. Me las arreglé para dar con Caruso Agency y necesito la ayuda de ambos.
Joe calla, niega con una sonrisa en sus labios―. Es impresionante como esa morena es capaz de sacar lo mejor de ti, cada vez me cae mejor.
Gruño por causa de sus burlas e ignoro su comentario avanzando con prisa a la suit. Una vez dentro, rebusco entre la nevera ejecutiva una botella de agua, me siento en el sofá y miro la expresión asombrada de mi amigo.
―¿Qué?
Se encoge de hombros―. Me sorprende que no sea una botella de licor.
Ruedo los ojos―. Necesito estar sobrio para lo que tengo pensado.
Una sonora carcajada se escapa de sus labios.
―Repito "Esa chica me cae bien" ―bufo―. Por favor piénsalo un momento. Te fuiste sin pensar a una agencia de la cual no tenías ni idea, pero aun así lo conseguiste. Tienes un plan y llegaste con el rostro hecho pedazos pero sin ganas de beber alcohol, eso mi amigo, es un avance ―enfatiza.
―No es ella quien saca esto de mí, todo lo contrario ―afirmo antes de dar un gran sorbo―. Cuando se trata de ella no pienso y termino tomando las peores decisiones.
―¿Y qué te está haciendo pensar dos veces?
―Mi hija.
Se inmuta, se sienta con lentitud frente a mí y relame sus labios dirigiendo la mirada al balcón―. Parece imposible de creer, ¿no es así?
Me mira, asiento totalmente de acuerdo.
―No lo dije pero, estoy aterrado. La idea de ser padre nunca me había pasado por la cabeza... nunca. Creo que mi cabeza estaba tan ocupada en los problemas familiares y en el trabajo que olvidé esa parte de mi vida.
―No puedo decir que te entiendo, pero estoy feliz por ti ―sonríe―. Es una bendición que hayas dado con ella al fin después de tanto tiempo, y más aún ahora que sabes que tienes una hija ¡Mierda! Tienes una hija.
Repite eso último como si fuera alguna clase de fantasía ¡Joder! No se equivoca, es surreal todo ese asunto. A penas me enteré salí del hotel sin pensar y no me he tomado el tiempo de meditar en eso, de pensar en que sucederá. La mirada de Britt se pasea en mi mente una y otra vez. Me dejó claro que no me quiere cerca de nuestra hija, está tan llena de odio que sería capaz de cualquier cosa. Esa Brittany que vi no es la misma que me amó en Londres, no es la misma que se entregó a mi tantas veces. Decir que ese cambio en ella no me aterra seria mentir, porque Dios sabe cuánto la sigo amando, pero no quiero hacer algo estúpido, no quiero hacer algo que termine por alejarla para siempre. Hay un fuego creciendo en mi interior cada que recuerdo a mi hija. Creo que Brittany si sabía que estaba embarazada y aun así decidió irse ¿puedo culparla por eso? La lastime, le mentí, y sí, mi plan era fugarnos y contarle la verdad estando lejos pero eso no sucedió, nada de lo planee en aquel entonces resultó como esperaba. De ahí mi temor de intentarlo otra vez, no quiero fallar y mucho menos perder a mi hija.
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Calm (Libro II)
RomanceSegunda entrega del libro Storms. Al parecer para Blake Campbell ya se acabaron los secretos, no obstante ahora será difícil conseguir el perdón de la mujer que ama.