Mis ojos se concentran en un punto fijo sobre la mesa muy cerca del plato de sopa frente a mí, el cual permanece totalmente lleno. Desde esta mañana mi apetito ha disminuido considerablemente y le atribuyo eso a Campbell y su interrupción de esta mañana. Desde entonces no he querido conversar con nadie acerca de lo que sucedió. Todavía sigo un poco consternada, por no decir afectada. Además la llegada de Alice y Azenet es otro tema que me tiene sumamente perturbada. Estoy comenzando a pensar que no ha sido buena idea invitarlas en este momento, ahora que Blake apareció lo único en lo que quiero concentrar mi energía es en mi niña. No tengo idea de lo que pase y sé que Campbell no me amenazó en vano, no piensa quedarse de brazos cruzados. Todo tipo de pensamientos irrumpen en mi cabeza ¿Qué pensará hacer? ¿Planea quitarme a mi hija? ¿Por qué demonios no vuelve a américa y me deja en paz? ¿Por qué simplemente no puede olvidarse de mí? Es tan jodido volver a ese momento. Aquel hombre de ojos verdes y personalidad posesiva parecía bastante seguro de su paternidad y a este punto no tendría sentido seguir negándolo, me queda claro que con eso no conseguiré que frene sus intenciones.
―¿No comerás? ―parpadeo tras escuchar la pregunta de mi cuñada. También percibo la mirada penetrante de mi hermano, ¿cree que no me doy cuenta? Se equivoca―me respondo mi misma.
―No tengo demasiada hambre.
―Desde esta mañana no tienes hambre Britt ―ahora es mi hermano quien interviene― ¿Quieres hablar de eso?
Mis hombros comienzan a tensarse―. No quiero hablar ahora y no creo que quiera hacerlo durante un tiempo.
Tengo fe en que ambos callaran, en que no seguirán insistiendo. No me gusta que me presionen, no creo estar lista para hablar al respecto. Me lástima que crean que es mi culpa, que estoy loca y que debería ceder ante Blake ¿Acaso todos olvidaron como pasaron las cosas? No es tan fácil como creen, pretenden hacerlo ver como algo sencillo cuando no lo es.
―Quizás...
―Basta por favor ―me levanto con un ligero dolor en mi pecho, mi voz se quebranta―. Lamento decepcionarlos a ambos pero no me siento bien. El padre de mi hija seguramente planea quitármela y ese miedo me está consumiendo por dentro, sin contar que me siento como la mierda gracias a sus negativas.
Ambos me miran desconcertados― Cariño...
―Aunque piensen que ser la mala del cuento en ocasiones me divierte, no es así. No celebro tener que separar a mi niña de su padre, no me complace saber que puedo estar ocasionándole un daño a mi propia hija por una mala decisión. Fui una completa idiota cuando me involucré con Blake, siempre fui tras él, mendigando un amor que nunca fue mío. Muchas veces lo preferí antes que a mí, jamás puse en práctica lo del amor propio y gracias a esa jodida razón tuve un embarazo de alto riesgo que gracias a Dios no terminó con un final fatal. Nadie aquí sabe lo que siento en este momento ¿Creen que soy una pésima madre? ¿Qué no soy capaz? Porque así se siente.
Trago fuerte, las lágrimas bañan mis mejillas y viajan hasta mi cuello.
―No..., claro que no ―Dianora se acerca, sus ojos llorosos se muestran con total bondad―. No creemos que seas una mala madre, no buscamos tu mal Brittany y tampoco queremos que creas que estamos en tu contra y mucho menos que aprobamos la actitud de ese hombre para contigo, pero tú misma lo dijiste. Puedes tomar una mala decisión, una que perjudique a tu hija.
―Sorella...
Inclino mi rostro sollozando, me escondo el rostro con las manos durante varios segundos.
La verdad no creo que entiendan, no creo que logren entender que pesar en el hecho de que podría estar haciendo las cosas mal, me llena de pánico. No quiero ser una mala madre, no quiero que mi hija llegue a despreciarme por esto. Simplemente me gustaría que todos comprendieran que esa bebita es todo para mí, sin ella mi vida perdería sentido y renunciar a aquello que me da motivación cada día destruiría mi alma. Volvería a deprimirme, volvería a aquel pozo sin fondo. Sabina al nacer llenó mi vida de luz, de esperanza, esa que había perdido gracias a tanto dolor y no quiero perder eso.
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Calm (Libro II)
RomanceSegunda entrega del libro Storms. Al parecer para Blake Campbell ya se acabaron los secretos, no obstante ahora será difícil conseguir el perdón de la mujer que ama.