10

176 28 8
                                    

Emilio había ido a comprar algo para que ambos desayunasen. Joaquín, tras el altercado con su padre, no había probado bocado y se encontraba hambriento. El rizado rápidamente decidió ir a comprar unos cafés y algo para comer. 

Joaquín recorrió la casa completa. Tenía 2 habitaciones amplias, con un cuarto de baño en cada una y un salón comedor bastante acogedor. Se sentó en el sillón observando los videojuegos que tenía Emilio sobre la estantería. Estaba recorriendo cada rincón con su mirada cuándo su celular comenzó a sonar. Era Mauricio.

- ¿Joaco? ¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado? - dijo alterado

- Hola Mau

- ¿Hola Mau? ¡Joaquín dónde te has metido! ¡Tu madre me ha llamado llorando diciéndome que te habías escapado!

Joaquín rodó los ojos, cómo siempre su madre contando las verdades a medias y únicamente lo que le convenía.

- ¿Te ha contado también que mi padre me ha abofeteado y ella no ha hecho nada?

- ¿Qué? ¡No Joaquín! Eso no puede ser así

- Oh, si, ya te digo yo que ha sido así - garantizó el castaño

- Debe haber sido un error, tu padre se habrá puesto nervioso

- Llamar puto a su hijo seguro que también ha sido porque se ha puesto nervioso

Mauricio siguió hablando, defendiendo a su padre, pero en ningún momento intentando averiguar el porqué de aquella discusión, por lo que supuso que su madre se lo habría contado.

- ¿Te lo ha contado verdad? - lo interrumpió Joaquín - No me has preguntado que ha pasado, así que ella te lo habrá dicho todo

- Nene, ese trabajo era para verano. Adoro a Juan, pero tienes que centrarte en tu carrera universitaria

- ¿Vas a acogerme tú en tu casa?

- Joaco, tienes 19 años, tienes que estar con tus padres

- ¿Debo aguantar que mi padre me pegue cuándo le venga en gana y mi madre no me defienda?

- Estás bajo su techo, él tiene normas en su casa  - siguió defendiendo

Joaquín se restregó la cara con una mano, lleno de frustración. No lo podía creer, tenía que ser una broma. ¿Desde cuándo la víctima era la culpable? Se levantó del sofá, comenzando a recorrer el salón desesperado mientras Mauricio decía cosas estúpidas al otro lado del celular.

- ¡¿Sabes que es lo que te pasa?! - grito Joaquín - ¡Que nunca te pones de mi parte! - justo entraba Emilio sujetando los cafés - ¡Que te dá miedo incluso que la gente vea que me apoyas! ¡Estás tan encerrado en tu armario que ni siquiera me sirves de apoyo emocional! ¡Sólo te limitas a emborracharte y ligar con otras haciendo ver que no estás con nadie, pero no me puedes meter la polla y pretender que no seamos nada! - Joaquín se giró hacía Emilio enfadado - Quizás el que esté cometiendo un error sea yo - y colgó

Emilio observó a Joaquín frente a él. Sus hombros subían y bajaban y sus ojos estaban completamente húmedos. Su barbilla comenzó a temblar y el rizado se aproximó hacía él cuánto antes. Lo sujetó contra él abrazándolo mientras el menor se colgaba de su cuello llorando.

Le acarició la cabeza mientras el castaño no paraba de sollozar sobre su hombro.

- Estoy sólo - lloró Joaquín y Emilio negó inmediatamente - Hago las cosas para mi bien y aún así la cago

- No, Joaquín - se separó Emilio mirándolo a los ojos - Eres muy valiente por plantarle cara a tu padre y a ese imbécil. No merece que llores por él

Joaquín miró los ojos cafés penetrantes. Parecía que le quería salvar de todo el caos que se abría paso en su cabeza. Emilio hablaba, pero Joaquín no era capaz de escuchar. Estaba centrado en el color de sus ojos y en el movimiento de su boca. No pudo evitarlo. Emilio había sido la única persona capaz de salvarlo del abismo. Había estado ahí desde el primer momento que lo conoció. Lo había cuidado, le había hecho llegar seguro a casa, le había salvado de su padre. En menos de 1 mes había hecho más que Mauricio en todos los años que lo conocía.

Las manos de Emilio estaban sobre las mejillas del más bajo y éste no pudo evitarlo. Se abalanzó contra sus labios mientras una lágrima corría por su mejilla. Sus labios estaban secos, pero eran suaves a la vez. Estaban en tensión, pero cuándo pasaron unos segundos, Emilio se relajó y sus manos pararon en su estrecha cintura pegándolo aún más a él. Joaquín enredaba sus dedos en los finos rizos mientras entreabría la boca para juguetear con la lengua del rizado. Se separaron al cabo de 1 minuto. Joaquín agachó la cabeza eliminando las lágrimas de sus mejillas mientras sentía el agarre firme de Emilio sobre su cintura.

Levantó la cabeza avergonzado y se topó con la sonrisa contagiosa de Emilio.

- No sabes cuánto tiempo llevo deseando ésto - habló el rizado - Pero no quiero que lo interpretes cómo un error y después te arrepientas

- Yo... Lo siento Emilio, ha sido precipitado

Emilio retiró sus manos asintiendo con la cabeza, mientras se alejaba unos pasos de Joaquín.

- No me arrepiento Emiloo, pero estoy disgustado y no sé lo que siento

- No... No pasa nada - dijo dolido - Puedes quedarte el tiempo que necesites - se acercó a la puerta de la entrada

- Emilio no te vayas por favor - lo sostuvo de la mano

- Tengo cosas que hacer - mintió

- No me dejes tú también - el rizado se detuvo - Primero mi padre, después mi novio... No quiero perderte a tí también

- No soy un pañuelo de usar y tirar Joaquín. Tienes que tenerte un poco de respeto

- Lo tengo - dijo ofendido el castaño

- Sí, consentir que tu "novio" se frote con un antro entero delante de tus narices y después ir a llorarle, es tenerte mucho respeto 

- No te metas en mi relación Emilio

- Abre los ojos Joaquín, no hay ninguna relación y has sido tú el que me ha metido en ella al besarme

Emilio se acercó de nuevo, agarró la manilla de la puerta, pero no abrió. Esperó unos segundos, quería largarse, pero también quería decirle a Joaquín toda la verdad. Respiró fuerte y apretando la mandíbula, se giró hacía él, el cuál tenía los ojos llorosos e hinchados.

- Prefieres conformarte con el primer patán del que te has enamorado en vez de asumir que él no te quiere y que nunca vá a decir que tiene una relación contigo. Pudiendo tener una persona que te mereces, te conformas con la primera mierda que te mete la polla

Joaquín se calló, al fin y al cabo, Emilio tenía razón en todo lo que le decía a pesar de que le doliese en el orgullo.




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Seguimos.........



Nos vemos AlbertXioW.

Heaven // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora