El castaño despertó desorientado. Le dolía la cabeza, los ojos le pesaban y sentía un fuerte dolor en la zona abdominal. Intentó removerse un poco, pero un tirón se produjo en su interior, dejándolo sin respiración. Estaba incómodo. Se encontraba posado en una camilla demasiado incómoda según su percepción. Intentó girarse, pero de su brazo se tensó una especia de jeringuilla conectada a un tubo largo y delgado. Observó la largura del cable terminando en una bolsita que goteaba lentamente. Se incorporó levemente encontrándose con una mujer con la tez blanca, su perfecta melena rubia cayendo sobre sus hombros y los ojos cerrados mientras apoyaba su mano en su barbilla. Carraspeó ligeramente y la mujer abrió los ojos de par en par.
Le sonrió acercándose a él, colocando su mano sobre la de él.
- Hola cielo - susurró ella
- ¿Quién eres tú? ¿Dónde está Emilio? - preguntó confundido
- Creo que ha ido a por algo para desayunar, soy su madre Niurka. Ha pasado toda la noche despierto pendiente de tí
Joaquín hizo una mueca intentando sonreír, pero se encontraba demasiado débil para hacerlo. Ni siquiera había dado importancia a que su madre estuviese allí con él.
- Me duele mucho - se quejó el menor
- ¿Quieres que llame a las enfermeras? Pueden colocarte otro calmante - Joaquín negó
- ¿Cómo está él?
Niurka lo miró con compasión y ternura. Después de todo lo que había sufrido ese muchacho, su principal preocupación es saber cómo se encontraba el rizado. Acarició de nuevo su mano cuidadosamente.
- Está asustado y nervioso
Joaquín sintió una lágrima caer por su mejilla. Le preocupaba cómo se sintiese Emilio, pero tampoco en exceso. Sabía que después de lo que Mauricio hizo, Emilio no desearía acercarse íntimamente a él de nuevo. Lo habían destruido, Emilio podía tener a quién se propusiese y desde luego no iba a quedarse con un juguete roto.
Después de unos minutos, la puerta se abrió despacio. El rizado entraba con unos bocadillos y un par de bebidas para él y su madre. Se quedó estático cuándo Joaquín lo miró fijamente. Colocó la comida en una mesita y se aproximó rápidamente a él.
Le sostuvo las mejillas con ambas manos besando su frente. El castaño llevó una de sus manos a las suyas, acariciándolo suavemente.
- ¿Cómo estás? - preguntó Emilio
- Mareado
- ¿Te duele? - Joaquín asintió - Voy a avisar a las enfermeras
Iba a separarse de su lado, pero Joaquín apretó sus dedos alrededor de su mano. Niurka vió aquella escena y decidió dejarles intimidad. Aprovecharía para llamar a Juan y contarle lo ocurrido la noche anterior.
Emilio se acercó de nuevo a la camilla, besando una de las manos del ojimiel.
- ¿Estás bien? - pregunto Joaquín
Emilio iba a hacer su mayor esfuerzo por sonreír y asentir, pero no pudo. El recuerdo de la noche anterior atormentaba su cabeza. Sólo de recordar cómo Mauricio lo embestía salvajemente, sin ningún pudor ni ninguna vergüenza, le daban ganas de vomitar. Miró de nuevo esos ojos mieles atemorizados intentando eliminar aquel recuerdo de su memoria.
- Estaré bien - concluyó finalmente
- No hace falta que estéis aquí, puedes avisar a mis padres y ellos vendrán aquí - Emilio negó estrepitosamente
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Heaven // Adaptación Emiliaco
FanfictionJoaquín Bondoni se vé abrumado ante el segundo año de universidad. El verano queda atrás, pero él quiere volver a él y reencontrarse con personas que conoció, incluso con aquellas que no recuerda haberse encontrado. Emilio Osorio estará ahí para ha...